Alfons Pérez. Observatori del Deute en la Globalització i Xarxa per la Sobirania Energètica (alfons.perez@odg.cat)

(Barcelona-Graus-Sabiñánigo, 9-12 de octubre de 2015)

 

¿Qué respuesta podemos dar a los grandes proyectos energéticos?

Más seguridad, mejores precios, mejor servicio y mayor bienestar. ¿Quién podría rechazar semejante oferta? Esta es la retórica utilizada por los discursos oficiales que promueve la Unión Energética para maquillar su objetivo de consolidar la importación de hidrocarburos —principalmente gas— desde nuevos proveedores fuera de la órbita rusa y, a su vez, completar el mercado único del gas y la electricidad de la UE a través de proyectos de interconexión entre los estados miembros. Dicha estrategia se materializa en un listado ampliable de Proyectos de Interés Común (PIC)[1], 248 megaproyectos susceptibles de recibir financiación pública a través del fondo Connecting Europe Facility (CEF) y del Fondo Europeo para las Inversiones Estratégicas, más conocido como Plan Juncker. Pero la Unión Energética también esconde un cúmulo de intereses económico-financieros y geopolíticos, y por ello se impone como irrefutable.

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Gráfico 1. Proyectos de Interés Común. (Fuente: http://ec.europa.eu/energy/infrastructure/transparency_platform/map-viewer/)

Ahora bien, ¿qué sucedería si cuestionáramos abiertamente sus supuestos beneficios, valoráramos los impactos y mostráramos los intereses ocultos de tamaña ofensiva en forma de megaproyectos? ¿Podríamos articular este cuestionamiento como una respuesta vinculando organizaciones sociales y ambientales, territorios afectados y ciudadanía en general?

Primera respuesta: el Volt II, un reto a los grandes proyectos energéticos

Ante ese acuciante contexto, la Xarxa per la Sobirania Energètica[2] se planteó una segunda edición del Volt[3], un recorrido en autocar por diferentes territorios afectados por megainfraestructuras energéticas. La iniciativa del Volt está, sin duda, inspirada en los toxic tours y las caravanas de activistas realizados en México, EE.UU., Ecuador, etc., a través de los cuales se pretende establecer vínculos entre diferentes movimientos y organizaciones que trabajan por la justicia social y ambiental. La primera edición del Volt visitó: el fallido Proyecto Castor en Alcanar, la central nuclear de Vandellòs en el 25.º aniversario del accidente que llevó a su cierre, el futuro complejo de casinos BCN World, zonas de la comarca de Osona con el problema de los purines, las prospecciones de fracturación hidráulica (fracking) en Riudaura, la línea de muy alta tensión (MAT) que cruza Gerona, y las prospecciones de hidrocarburos en la costa catalana. El Volt I hizo también una parada en la planta de biogás de la cooperativa Som Energia[4] en Torregrossa, como ejemplo de las alternativas que ya están en marcha.

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Gráfico 2. Rutas del Volt I y Volt II

Este año 2015, el programa fue aún más ambicioso. Desde Barcelona, la caravana de activistas transitó por Castellar del Vallès, Sallent, Balsareny, Graus y Sabiñánigo, y regresó tras tres días muy intensos. De hecho, el Volt se inició el 9 de octubre en la capital catalana con una conferencia internacional que llevaba por título “Afectadas por la imposición de las grandes infraestructuras: TTIP, Plan Juncker y deudas ilegítimas vs. soberanías populares”. La conferencia congrego a más de cien personas y a muchos de los participantes del Volt que partían al día siguiente. La contribución de activistas internacionales y la de miembros de diferentes grupos catalanes permitieron profundizar en la idea de que los grandes planes de infraestructuras (Plan Juncker, Plan Puebla Panamá, One Belt One Road, etc.) son el hardware de un sistema que tiene entre su software los tratados de libre comercio (TTIP, TISA, TTP, CETA, etc.), consolidando un modelo que socava las soberanías populares y pone en constante riesgo el derecho a una vida digna.

Segunda respuesta: las voces de los territorios

Estas reflexiones acompañarían a las más de noventa personas venidas de diferentes lugares de Cataluña, País Vasco, País Valenciano, Baleares y Madrid, pero también de Italia, Reino Unido, Grecia, Letonia, Macedonia, Rumania, México y Argentina, que subieron al autocar del Volt. La primera parada fue en Castellar del Vallès, uno de municipios que padeció en 2011 la construcción del gasoducto Martorell-Figueres, también conocido como MIDCAT, que pretendía conectar las redes de gas catalanas con las europeas facilitando la circulación de 7.000 millones de m3 de gas hacia Europa. Su construcción se realizó con poca transparencia, con una pésima planificación y sin respetar el proyecto inicial. La plataforma ciudadana que se conformó en aquel momento lo denunció en repetidas ocasiones, y tres años después la repoblación al paso del gasoducto enterrado ha generado una franja de más de 20 metros de ancho de bosque y vegetación degradada. El proyecto no se ha completado ni se ha puesto en servicio.

En la charla de Castellar participaron integrantes de la caravana de México, Reino Unido y de organizaciones catalanas. Curiosamente, en todas las explicaciones de estos activistas, Enagás, la empresa española de transporte de gas, aparecía como protagonista y responsable directa. Enagás, además de querer completar el gasoducto Martorell-Figueres, tiene un 16% de las acciones del Trans Adriatic Pipeline, gasoducto que forma parte del Southern Gas Corridor[5], un controvertido proyecto en el que la UE intercambiará gas por euros con el régimen corrupto de Azerbaiyán. Enagás también está construyendo el tubo de la muerte, tal como lo llaman las comunidades afectadas por su paso en Tlaxcala, México, y, por si fuera poco, ostenta la deuda de 1.350 millones de euros del Proyecto Castor[6], que empezará a repercutir en las facturas del gas a partir de 2016.

La segunda y tercera paradas del Volt bien podrían llamarse las de “la maldición de la abundancia”. Las riquezas salinas de la comarca del Bages y la minería de la potasa han conllevado severos problemas por la salinización de acuíferos y de los ríos Llobregat y Cardener, con unos índices de más de 250 mg Cl/litro. Pero no todo discurre por el subsuelo ni todo va diluido. La escombrera de residuos salinos del Cogulló, en Sallent, es una prueba incontestable de las malas prácticas de la empresa Iberpotash. Ocupando más de 57 hectáreas y con una altura de más de 100 metros, la escombrera es una auténtica montaña de sal contra la que el grupo Prou Sal! lleva años combatiendo. Justamente esta riqueza salina ha sido el motivo por el que Gas Natural Fenosa proyecta un almacén geológico de gas en Balsareny, aprovechando las cavidades salinas existentes en el municipio. El proyecto fue candidato a PIC, pero finalmente fue eliminado de la lista porque el Gobierno del Estado español no presentó la documentación necesaria. Precisamente, el colectivo La Garsa de Balsareny organizó un evento con el título “Megaproyectos, economía local y participación ciudadana”, con la presencia de representantes de los consistorios afectados de Navàs y Balsareny, además del periodista Jordi Marsal, autor del libro Castor, la bombolla sísmica. El evento resaltó la ya conocida falta de transparencia que acompaña a los megaproyectos, así como sus riesgos asociados, claramente ejemplificados por el Proyecto Castor, el almacén geológico de gas que provocó más de mil terremotos en la primera inyección de gas y que ha quedado invernado y con la deuda multimillonaria antes mencionada.

Balsareny cerraba una intensa primera jornada, y el tránsito nocturno permitió que el Volt despertara en los Prepirineos aragoneses, en la población de Graus, un bastión histórico de la lucha contra las autopistas eléctricas. A finales de los años 1990, el proyecto de la línea de muy alta tensión (400 kV) Aragón-Cazaril cruzaba numerosos municipios oscenses. La población se organizó en la Plataforma Unitaria Contra la Autopista Eléctrica, aunque el proyecto siguió su curso. Poco después de montarse las torres eléctricas (1997), el Estado francés rehusó completar la infraestructura y tuvo que indemnizar con 300.000 millones de pesetas (1.800 millones de euros)[7]. Pese a ello, Red Eléctrica de España nunca desmontó las torres y ha amenazado con diferentes proyectos que podrían aprovecharlas.

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Foto 1: Torre de la línea Aragón-Cazaril colonizada por cigüeñas. (Autor: Alfons Pérez)

Tercera respuesta: creación de la Red de Apoyo Mutuo en respuesta a los Megaproyectos Energéticos.

Este segundo día discurrió en Graus con una conferencia que pretendía situar la ofensiva europea en interconexiones con la intervención de representantes políticos en Bruselas y las respuestas que ya están en marcha desde la sociedad civil que participaba en el Volt: Plataforma por un Nuevo Modelo Energético, Xarxa per la Sobirania Energètica, Asamblea Nacional de Afectados Ambientales de México, Som Energia, Sustrai Erakuntza, proyecto EJOLT, entre muchas otras. La conferencia dio paso a una comida popular y a un sentido homenaje a José Ramón Doz, el mayor referente de la lucha contra la autopista eléctrica, fallecido recientemente. Su homenaje y recuerdo fueron el punto emotivo necesario para abrir una asamblea de los movimientos participantes, que tuvo como resultado el intercambio de perspectivas, reflexiones, propuestas, etc. y un valioso documento, la Declaración de Capella[8], que constituía la Red de Apoyo Mutuo en respuesta a los Megaproyectos Energéticos, un gran hito para las luchas de los territorios.

Con la satisfacción de la Declaración, se emprendió la tercera jornada en Sabiñánigo, un territorio azotado por uno de los casos más graves de contaminación química de Europa. Los residuos de la producción de lindano, un insecticida organoclorado altamente contaminante que la empresa Inquinosa fue depositando desde 1975 y durante casi veinte años cerca del río Gállego, son una auténtica bomba de relojería. Por si fuera poco, Sabiñánigo ha sido escogido como un posible municipio de paso de una nueva línea de muy alta tensión transpirenaica. Pese a la poca información, el Volt II intercambió con la población local las últimas noticias sobre el posible proyecto de interconexión eléctrica Sabiñánigo-Marsillón. Con este acto y el comunicado de Sabiñánigo en respuesta a los megaproyectos transpirenaicos, el autocar del Volt regresó a Barcelona.

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Foto 2: Parada junto al vertedero de lindano de Sabiñánigo. (Autor: Jean Ichter)

Cuarta respuesta: ¡más Volt!

Y, sin poder evitarlo, al terminar el trayecto físico (y estando sólo en el inicio del trayecto político), se repitió la misma sensación que en la primera edición: el formato vivencial, el contacto directo con las comunidades afectadas, el intercambio entre las personas de diferentes territorios y un largo etcétera, abren y activan canales que van mucho más allá de lo racional. Pasar de entender el conflicto a sentirlo no es poca cosa. El Volt II ha sido, de nuevo, una verdadera experiencia personal y colectiva capaz de crear alianzas. Y, pese a la complejidad organizativa, se reafirma como una actividad necesaria para activar y conectar luchas que tienen en común mucho más de lo que pudiera parecer. El camino es largo, pero el Volt va acortando distancias.

[1]. Véase https://ec.europa.eu/energy/en/topics/infrastructure/projects-common-interest.

[2]. La Xarxa nació en octubre de 2013 con el ánimo de crear un frente político de transformación en la energía (véase www.xse.cat).

[3]. En catalán, volt significa ‘vuelta’ o ‘tour’, y también ‘voltio’, la unidad de medida del potencial o tensión eléctrica.

[4]. Véase https://www.somenergia.coop/es/.

[5]. “Los intereses detrás de la ruta alternativa para el gas del Caspio”, Diagonal, 21/9/2014. https://www.diagonalperiodico.net/global/23862-intereses-detras-la-ruta-alternativa-para-gas-del-caspio.html, consultado el 30/10/2015.

[6]. “Financiando Proyectos Inútiles: Las deudas del Proyecto Castor”, Sin Permiso, 25/5/2014.

http://www.sinpermiso.info/sites/default/files/textos//10castor.pdf, consultado el 30/10/2015.

[7]. Red Eléctrica de España (2005). El libro de los 20 años. http://www.ree.es/sites/default/files/downloadable/libro20anosree.pdf, consultado el 30/10/2015.

[8]. Declaración de Capella. http://www.odg.cat/es/blog/los-resultados-del-volt-ii-necesitamos-tu-apoyo.

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