Paula Andrea Tamayo Montoya* y Nelson Molina Valencia**

 

Resumen: El grupo musical Campo y Sabor aporta al fortalecimiento de la cultura campesina en Colombia al dar a las hortalizas, frutos y productos silvopastoriles un rol protagónico en sus letras. Llaman agrofonía a su propuesta, una manera de expresar amor por la música campesina y por las labores agrícolas. En la primera parte del artículo, se expone la conformación del grupo musical con la participación multiétnica del campesinado. La segunda parte se centra en la vinculación de Campo y Sabor con entidades ambientales y académicas para divulgar saberes populares, técnicos y científicos a través del canto y de ritmos musicales tradicionales. Por último, se exponen algunas de sus propuestas políticas en pro de la promoción de la soberanía alimentaria. Se concluye que la música es un medio eficaz para fortalecer al campesinado colombiano; poner en circulación saberes técnicos y científicos, y promover prácticas agrícolas sostenibles.

Palabras clave: campesinado, música, soberanía alimentaria, sostenibilidad

 

Abstract: The musical group Campo y Sabor contributes to food sovereignty in Colombia by giving vegetables, fruits and silvopastorals a leading role in their lyrics. This group calls their proposal  «agrofonía» to express love for peasant music and agricultural work. In the first part of the article the conformation of the musical group is presented through the participation of  multiethnic peasantry. In the second part, emphasis is placed on the link between Campo y Sabor with environmental and academic entities for the dissemination of popular, technical and scientific knowledge through singing and traditional musical rhythms. Finally, some of the political proposals for the promotion of food sovereignty are highlighted. It’s concluded that music is an effective means to strengthen the Colombian peasantry, put in circulation technical and scientific knowledge and promote sustainable agricultural practices.

Keywords: peasant, music, food sovereignty, sustainability

 

Introducción

Aquí les llegó el sabor

de la fiesta campesina,

propio de nuestro folclor

y el de América Latina.

Porque somos campesinos

productores de comida,

qué bello es nuestro destino:

protectores de la vida.

Hermanos, somos del campo

razón de orgullo y honor

con su música y sus cantos

aquí está CAMPO Y SABOR.

(Letra de Campo y Sabor).

Por medio de agrofonías, el grupo musical Campo y Sabor revaloriza el patrimonio gastronómico y cultural del campesinado colombiano en un momento histórico en que la producción de alimentos y su consumo son fundamentales para el debate político-ecológico (Riechmann, 2004). Con sus letras, este grupo otorga protagonismo a los alimentos, los dota de voz, los encanta al incorporarlos en sus canciones (Fernández-Christlieb, 1993). Los alimentos tienen una dimensión comunicativa (Amon y Menasche, 2008), y ellos la aprovechan para crear las letras de sus canciones. De este modo, la música campesina hace posible construir y poner en circulación reflexiones en torno a la vida cotidiana en el campo y puede emplearse como una estrategia para fortalecer el buen vivir del campesinado.

 

Doble sabrosura

En 1999 el municipio de Córdoba (Quindío, Colombia) fue epicentro del terremoto que sacudió el eje cafetero. Como parte de la estrategia para visibilizar las acciones de reconstrucción del municipio, se creó un programa radial dirigido por el músico y activista ambiental León Octavio Osorno Aguirre. Un grupo musical conformado por tres campesinos y su patrón eran invitados frecuentes en este programa. Pero, tras la muerte de uno de sus integrantes, se disolvió.

Al retornar al norte del Cauca, León Octavio mantuvo la idea de un conjunto musical formado por campesinos productores, pues allí veía una doble sabrosura, la de la producción de comida y la de la música. De este modo, comenzó a articularse un nuevo grupo musical, en el que participan personas campesinas que cultivan en diferentes parcelas y que en algunos casos pertenecen a comunidades indígenas y afrodescendientes. William y Esnoraldo Yela, José Lires, Luis Carlos Ochoa, Oscar Vargas, Mario Potes, Jairo Ojeda y León Octavio plantean las agrofonías como estrategia para generar, entre las personas jóvenes, interés por las actividades del campo y la protección de culturas tradicionales amenazadas por la debilidad del proceso de relevo generacional.

Las primeras canciones de Campo y Sabor se inspiraron en los productos que los integrantes del grupo cultivaban. Al conversar con los asistentes a sus conciertos, notaron el desconocimiento que existía entre el campesinado de los alimentos producidos en diversos pisos térmicos. A partir de estas observaciones, el grupo identificó su propósito social:

Cantarle a la comida… Pero con el discurso botánico, para que los campesinos conocieran ese discurso que manejan los biólogos y los agrónomos en la universidad, pero del que ellos no tenían ni idea. Entonces, para acercar la academia al pueblo, fue que yo hice esas canciones con esa información botánica, ¡y esa vaina pegó! (Entrevista personal con Campo y Sabor, 2018).

Campo y Sabor fue invitado a festivales campesinos nacionales e internacionales y grabó tres discos. El primero dedicado a las hortalizas, el segundo a las frutas y el tercero al cuidado animal y los sistemas silvopastoriles. A partir de 2002, las agrofonías fueron reconocidas por organizaciones no gubernamentales como la Corporación para Estudios Interdisciplinarios y Asesoría Técnica (CETEC), la Fundación Centro para la Investigación en Sistemas Sostenibles de Producción Agropecuaria (CIPAV), el Instituto Mayor Campesino de Buga (IMCA) y la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC). [1]

 

Imagen 1. Grupo Campo y Sabor. Fuente: Común Terra.

 

Academia y campesinado al rescate de recursos genéticos no valorados

Motivados por las posibilidades de la unión entre academia y campesinado para favorecer la apropiación social del conocimiento y promover la soberanía alimentaria, Campo y Sabor compone canciones con el fin de divulgar los resultados de investigaciones científicas sobre alimentos como el chachafruto, la sidra, el maíz, el cacao, el zapallo y el bore, entre otros. Resaltan sus propiedades nutritivas y curativas, y ponen en valor recursos genéticos que se desaprovechan al preparar alimentos. A continuación, transcribimos la letra de la canción dedicada al chachafruto:

Chachafruto es una vaina que tiene fríjoles grandes,

también le dicen balú, Erithryna edulis también.

Es árbol de tierra fría, muy sabroso su comer.

Y si quiere usted saber qué se hace con chachafruto,

cual si fueran papas fritas, puede fritar sus semillas.

Se les llama chachafritas y quedan de maravilla.

Chachafruto, chachafruto,

quien no te come es muy bruto.

(Letra de Campo y Sabor).[2]

Como parte de su trabajo sobre la nutrición del ganado vacuno, CIPAV investigó las propiedades de árboles que aportan proteínas y reemplazan el pasto en épocas de calor. En 2012 Campo y Sabor musicalizó estas investigaciones con la intención de mostrar al campesinado la diversidad de hojas y hierbas útiles para alimentar a sus animales domésticos. Así surgieron letras dedicadas al maní forrajero, la leucaena, el matarratón, el guásimo, el totumo y el nacedero, entre otras. En una de sus canciones, una vaca gorda conversa con su vecina, una vaca flaca que tiene hambre:

Coma hojas de guásimo,

que son buenas.

O de ese que llaman el botón de oro,

que también pa’ las abejas es tesoro.

Está el bore, que’s tan bueno pa’ la cena.

Acostúmbrese a lo silvopastoril

y así nunca le faltará la comida.

En verano es la única salida

y no piense en abril con aguas mil.

(Letra de Campo y Sabor).

En 2014, CIPAV puso en marcha un proyecto dedicado a la restauración ecológica. Con el apoyo del Departamento Administrativo de Ciencias, Tecnología e Innovación Colciencias,[3] integró a Campo y Sabor como estrategia para divulgar los resultados de sus investigaciones entre el campesinado colombiano. Los resultados sobre el manejo integrado de hormigas arrieras fueron popularizados por medio de un sainete. Esta es una de sus estrofa:

Soy llamada hormiga arriera,

también Atta cephalotes.

Dicen que soy el azote

de árboles y sementeras.

Se me acusa de ser plaga,

de lo cual soy inocente,

enemiga de la gente.

Mentiras que se propagan…

(Letra de Campo y Sabor).

 

Una canción vale más que mil discursos

Con su música, Campo y Sabor llama la atención de diversos entes estatales y visibiliza sus posturas ecopolíticas con un discurso propio “sin los tóxicos del lenguaje militante y partidista” (entrevista personal con Campo y Sabor, 2018). Crean canciones inspiradas en la conservación de su tradición oral, la cocina, los artes y los oficios, la cultura y el territorio, la soberanía alimentaria y la agrobiodiversidad. Sus propuestas sobre el cuidado del agua, los recursos fitogenéticos y la economía campesina inspiran canciones como El banquero raro, para promover, en asociación con CIPAV, un Banco Mixto de Forrajes (BMF) que permita planificar la alimentación de animales con productos de las parcelas y evitar las deudas con tiendas agropecuarias.

Banquero raro porque no presto plata,

nada de cheques ni tasas de interés.

Mi banco nunca los bienes arrebata

al incumplido que tuvo algún revés.

Tengo en mi finca un banco natural

con aire puro y un hermoso paisaje,

agua, comida; es un banco especial,

el BMF, Banco Mixto de Forrajes.

 (Letra de Campo y Sabor). [4]

El grupo se nutre de los modos de pensar, vivir y sentir del campesinado, de la forma como cuidan y dan uso a los productos de sus huertas. Sus agrofonías recuerdan los alimentos y las recetas que, generación tras generación, han calmado el hambre de los habitantes del campo (y de las ciudades). Estas canciones son una estrategia educativa que promueve prácticas sostenibles entre el campesinado y estimula la reflexión sobre las acciones cotidianas que favorecen o dificultan el buen vivir en el campo.

Las agrofonías revalorizan las prácticas de la población campesina. El rescate de los conocimientos relacionados con los usos culinarios de los productos de las huertas —algunos de los cuales entran en la categoría de recursos genéticos no valorados— contribuye significativamente al fortalecimiento del campesinado. Campo y Sabor ve en la divulgación de estos usos culinarios una manera de contribuir a la soberanía alimentaria, pues el campesinado que logra aprovechar sus áreas productivas depende menos de los artículos que se adquieren en las tiendas. Las canciones de Campo y Sabor se inspiran en la abundancia, la belleza y la variedad de los alimentos que pueden encontrarse en una huerta campesina y motivan a quienes los escuchan a proteger la agrobiodiversidad.

 

Conclusiones

Las agrofonías de Campo y Sabor se inspiran en los saberes y los sabores del campo. Con el propósito de revalorizar la gastronomía campesina y proteger las culturas tradicionales que perviven en el campo colombiano, este grupo musical ha construido alianzas con entidades académicas, corporaciones ambientales y fundaciones para producir y divulgar canciones dedicadas a las frutas y verduras, los productos silvopastoriles, la restauración ecológica y el buen vivir en el campo. De este modo, contribuyen a la formación del campesinado y a la sostenibilidad ambiental (véase la ilustración 2).

 

Ilustración 2. Propuesta agrofónica de Campo y Sabor. Fuente: Elaboración propia.

 

Bibliografía

Amon, D., y R. Menasche, 2008. “Comida como narrativa da memória social”. Sociedade e Cultura, 11 (1), pp. 13-21.

Fernández-Christlieb, P., 1993. “El conocimiento encantado”. Archipiélago: Cuadernos de Crítica de la Cultura, 13, pp. 19-24.

Osorno Aguirre, L. O., 2013. “Música agrofónica de Colombia”. Común Terra. Disponible en: http://comuntierra.org/site/blog_post.php?idPost=182&id_idioma=3, consultado el 20 de marzo de 2019.

Riechmann, J., 2004. “Hacia una agroética: consideraciones sobre ética ecológica y actividad agropecuaria. En J. Riechmann (coord.), Ética ecológica: propuestas para una reorientación. Montevideo, Nordan-Comunidad, pp. 175-201.

* Instituto de Psicología de la Universidad del Valle. E-mail: paula.tamayo@correounivalle.edu.co.

** Instituto de Psicología de la Universidad del Valle. E-mail: nelson.molina@correounivalle.edu.co.

[1] Para obtener más información sobre estas organizaciones, diríjase a: http://www.cipav.org.co/; http://www.imca.org.co/ y https://www.cvc.gov.co/.

[2] Esta canción se puede escuchar en: https://www.youtube.com/watch?v=cqy3Ad_CMww.

[3] Para ampliar la información sobre esta entidad pública, diríjase a: https://www.colciencias.gov.co/.

[4] Para conocer más sobre Campo y Sabor, diríjase a: https://www.facebook.com/Campo-Y-Sabor-1058174754195748/.

 

Descargar artículo

La revista Ecología Política se publica gracias al apoyo de sus suscriptores/as. Este es un proyecto sin ánimo de lucro por lo que todos los recursos donados se dedicarán exclusivamente a realizar y mejorar la revista Ecología Política. Puede adquirir la versión en papel de la revista así como suscribirse a ella y contribuir a su creación y difusión.

Compra la revista Suscríbete  Suscríbete al newsletter 

Pasado un año desde su publicación, los contenidos pasan a ser de libre acceso. Puede consultar este contenido de forma gratuita y descargar el pdf.

Descargar artículo

Leave a Reply