Nicolás García Bobadilla* y Brandon Zambrano Gómez**
Resumen: El artículo presenta aspectos conceptuales de una investigación sobre el fenómeno de metropolización de la ciudad de Bogotá y el municipio de Funza ubicado al oeste. Tales aspectos se definen a partir de la revisión y el balance bibliográfico de trabajos publicados, entre 1990 y 2020, en revistas académicas colombianas especializadas en temas geográficos. Desde el metabolismo urbano, se plantea que la expansión de la ciudad por fuera de los límites administrativos, asociada a fenómenos multiescalares, produce problemas ambientales que se pueden abordar desde la condición material, espacial y temporal de los residuos sólidos, como resultado de las nuevas actividades industriales, de servicios que se localizan y del crecimiento urbano.
Palabras clave: metropolización, expansión urbana, metabolismo urbano, urbanización
Abstract: This paper presents conceptual elements from a research study on the metropolization phenomenon between Bogotá and the Funza municipality located to the west. This study is founded on a review of academic articles published between 1990 and 2020 in geographical journals in Colombia. Using an urban metabolism approach, the investigation argues that the city’s expansion beyond its administrative limits leads to environmental challenges, particularly in addressing solid waste arising from new industrial and service operations.
Keywords: Metropolization, urban expansion, urban metabolic, urbanization.
Introducción
El artículo presenta aspectos de una investigación sobre la metropolización entre Bogotá y Funza, con impactos ambientales por el aumento de población, cambios de uso del suelo y la producción de residuos sólidos urbanos (RSU) de distinta materialidad, como resultado del crecimiento urbano y de las actividades industriales y logísticas. Las transformaciones territoriales se abordan como fenómeno multiescalar que en los últimos treinta años se sitúa en la lógica de producción capitalista del espacio urbano.
El abordaje considera los RSU como objetos híbridos, que se generan y circulan en formaciones sociales y transforman la estructura natural, política y social, es decir, socioambiental. Esta situación se convierte en un escenario de disputa ambiental relacionada con el crecimiento urbano y la urbanización, el uso del suelo y la localización de actividades industriales que producen nuevos paisajes.
Desde el enfoque de la ecología política urbana y el metabolismo urbano, se analizan flujos de materia y energía que transforman el paisaje natural y problemas ambientales relacionados con el uso del suelo, cambios en el paisaje y ciclos biogeoquímicos. Aspectos que se evidencian en la producción de RSU en múltiples escalas y actividades, que definen su condición material, espacial y temporal.
Otro énfasis para pensar la metropolización
El concepto de metropolización pretende captar los aspectos particulares de la lógica de expansión urbana, como producción espacial multiescalar en la etapa neoliberal del capitalismo. Las transformaciones en el uso del suelo, el crecimiento urbano y la urbanización, así como la relocalización de actividades productivas en el municipio de Funza, se comprenden en el marco de la dinámica multiescalar del capital, que involucra la tercerización de la fuerza de trabajo local. Este fenómeno se caracteriza por la internacionalización territorial, a diferencia de los procesos de industrialización que permitieron consolidar áreas metropolitanas, así:
… viene adecuando el territorio de los países latinoamericanos fundamentalmente para acentuar la extracción de recursos naturales, el flujo del comercio, la extracción de renta financiera, la localización de fondos de consumo en donde se realice su producción, y por supuesto la sobreexplotación de mano de obra barata (García, 2015: 5).
Esto ha desencadenado transformaciones por la competitividad de las regiones urbanas para ofrecer mejores condiciones a la relocalización de actividades productivas y de servicios. En este sentido, «los Gobiernos locales dirigieron sus estrategias económicas hacia el marketing urbano y los sectores considerados como favorables para mejorar la “imagen” de la ciudad hacia los inversionistas: seguridad, movilidad, espacios públicos» (Beuf, 2016: 205).
De acuerdo con Harvey (2012), la producción del espacio urbano está ligada a la circulación del capital en busca de mejores retornos. Así, la metropolización profundiza esta tendencia al crear nuevos nichos que dan mayor protagonismo al mercado de bienes y capitales en la producción de la ciudad, y que modifican la morfología urbana con la construcción de un conjunto de infraestructura en municipios como Funza.
Esto desencadena contradicciones en lo local y regional, ya que la adecuación de infraestructuras de diferentes tipos tiene impactos en el valor y uso del suelo, moviliza bienes y mercancías, pero también habitantes de la zona, que contribuyen a la ampliación y especialización de los núcleos urbanos. No obstante, el mercado laboral local no logra absorber el volumen de mano de obra que se desplaza, es decir, el capital extranjero se valoriza en su circulación, con bajos impactos en el ahorro nacional. Este cambio en las preferencias de los sectores de inversión privada a nivel multiescalar aprovecha los incentivos de los Gobiernos municipales para acceder a formas diferenciadas de rentabilidad, tales como el trabajo tercerizado, la localización, el valor del suelo, el acceso a fuentes de agua e incluso una menor regulación en la producción, el manejo, la circulación y la disposición final de RSU.
La metropolización se entiende como un conjunto de relaciones de funcionalidad urbana de múltiples espacios en distinto grado de transformación, es decir, entre lo rural o lo urbano, según lo defina el conjunto de relaciones económicas y políticas, que en múltiples escalas incorporan estos territorios a la lógica de valorización del capital en su libre circulación.
En conclusión, el proceso de metropolización ha transformado el municipio de Funza en los últimos treinta años. La aparición de agentes políticos y económicos que extienden las zonas urbanas e industriales desplaza actividades agropecuarias; afecta a las zonas de importancia ambiental, alteradas en su funcionamiento y reducidas en su extensión; desnaturaliza el funcionamiento de la primera naturaleza y desencadena conflictos ambientales que involucran al municipio y a Bogotá en sentido global, al consolidarse como zona de manejo logístico de mercancías y bienes, que expresan un aumento en la circulación y consumo de materia y energía.
Materialidad y espacialidad de los residuos sólidos
Los RSU se consideran un resultado del conjunto multiescalar de relaciones sociales, económicas, políticas y culturales que se establecen en un territorio, más allá de la visión enfocada en el consumo individual. Estas relaciones, que van de lo doméstico a lo industrial, producen ciertos objetos que, una vez que pierden su utilidad, son descartados por múltiples mecanismos definitivos o transitorios.
Los RSU son producto de la actividad social y las prácticas culturales de consumo y descarte. Considerados como restos posteriores al uso, son elementos no deseados y que deben desecharse. De acuerdo con Jiménez (2017), comprenden todo aquello que se perciba como no querido o inadaptado a condiciones de uso, objetos que se pretende alejar; así, la basura se representa como objetos sin lugar.
Pensar los RSU a partir de su materialidad (Gille, 2007) requiere conocimiento científico y disponibilidad tecnológica, ya que su costo de procesamiento y remanufacturación es elevado e implica cooperación global, que no siempre el capitalismo está dispuesto a establecer. Así «la materialidad, la temporalidad y la espacialidad se encuentran entrelazadas, imbricadas y asociadas de tal manera que no se puede entender el carácter social de la basura sin sus tres atributos» (Boltvinik, 2018: 138), características que invitan a indagar y reflexionar sobre la metropolización, las sociedades y la vida cotidiana de la ciudadanía.
El descarte, el reciclaje y la reutilización de los RSU no son términos absolutos, sino prácticas de carácter histórico y espacial, que requieren condiciones para realizarse a nivel multiescalar. Así lo plantea Boltvinik (2018), cuando menciona que la formación y subsistencia de múltiples sociedades están ligadas a ciertos materiales disponibles y la variedad de sus desechos. A su vez, esa materialidad condiciona las prácticas de manejo; entre tanto, distintas formaciones sociales deben asumir las consecuencias de ignorar la condición material de los residuos sólidos para su manejo, aspecto que influencia las acciones sociales e individuales respecto a ellos.
Entonces la materialidad, la espacialidad y la temporalidad, como condiciones sociales de los residuos, configuran paisajes de descarte entendidos como la expresión sintética de tales condiciones, en espacios urbanos, rurales o periurbanos. Dichos paisajes cuentan con unas coordenadas en tanto área, pero también como producción social y cultural que modifica la naturaleza y las condiciones de vida de algunos grupos sociales. Estos paisajes tienen una dinámica de transformación periódica por su resistencia a ser ocultados y metabolizados. Allí los RSU son producto y productor, según sean las relaciones de tipo material, espacial y temporal que adquieran los residuos. Esta noción de paisajes de descarte sugiere una ruta para cuestionar los aspectos políticos, económicos y culturales involucrados en la definición de las áreas de tránsito o depósito final de los RSU, de tal forma que se pueda superar la visión de estas decisiones como exclusivamente técnicas.
En consecuencia, los RSU son productores de espacio, a partir de sus flujos de circulación que definen relaciones espaciales, por la resistencia ante la degradación, el volumen creciente y el manejo inadecuado. Se abre así un escenario de disputa, a partir de la necesidad de políticas públicas de tipo ambiental en relación con el ritmo de crecimiento urbano, la urbanización y la localización de actividades industriales, que modifican las relaciones con la estructura natural del territorio e involucran cambios en el paisaje. Finalmente, espacialidad, temporalidad y materialidad definen los RSU como objetos híbridos, que circulan en formaciones sociales para transformar dinámicas ambientales.
Conclusiones: una aproximación desde el metabolismo urbano
La ecología política establece que los metabolismos urbanos son determinados por las relaciones sociales, que son desiguales y definidas por la condición histórica del poder económico y político. Comprender las ciudades desde sus flujos de materia y energía, relacionadas con zonas urbanas y rurales, evidencia el desequilibrio en el uso de recursos y los impactos ambientales generados. La infraestructura de las ciudades como segunda naturaleza permite la transformación de materia y energía, a través del trabajo desarrollado por la sociedad y las incidencias del sistema capitalista en la transformación de materias primas para producir flujos de mercancías en una red global, que requieren del ingreso de nuevas materias y generan residuos.
Los RSU como flujo de materia en la metropolización se entienden como un intercambio metabólico que media la relación entre sociedad y naturaleza, que al no ser equilibrado se piensa desde la noción de brecha metabólica. La metropolización ha impactado la estructura ecológica principal del municipio, como la contaminación auditiva y del aire, que inciden en zonas naturales contiguas a espacios residenciales e industriales.
Estudios como estos abren un camino para los planteamientos del metabolismo urbano y en particular lo planteado por Lefebvre acerca de la falla metabólica. Según plantean Foster, Napoletano, Clark y Urquijo (2020), los impactos ecológicos son problemas espaciales ligados a la explotación capitalista de la naturaleza. En este sentido, sociedad y naturaleza quedan asociadas y no es posible abordarlas desde visiones dualistas, puesto que la sociedad se construye a partir de la naturaleza y produce nuevas formas de organización de esta (Napoletano et al., 2022).
Referencias
Beuf, A., 2016. «Las centralidades urbanas como espacios concebidos: referentes técnicos e ideológicos de los modelos territoriales del Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de Bogotá (Colombia)». Cuadernos de Geografía: Revista Colombiana de Geografía, 25 (2), pp. 199-219.
Boltvinik, I., 2018. Remover y esconder, acumular y dispersar: geografías de la basura en la Ciudad de México. Ciudad de México, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Cuajimalpa (tesis de doctorado).
Foster, J., et al., 2020. «Henri Lefebvre’s Marxian Ecological Critique: Recovering a Foundational Contribution to Environmental Sociology». Environmental Sociology, 6 (1), pp. 31-41.
García, S., 2015. Transformaciones capitalistas en territorios dependientes. Producción de infraestructura y vivienda en la Sabana Occidente de Bogotá. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia (tesis de maestría).
Gille, Z., 2007. From the Cult of Waste to the Trash Heap of History: The Politics of Waste in Socialist and Postsocialist Hungary. Bloomington, Indiana University Press.
Harvey, D., 2012. Ciudades rebeldes. Del derecho a la ciudad a la revolución urbana. Madrid, Akal.
Jiménez, N., 2017. «El residuo: producto urbano, asunto de intervención pública y objeto de la gestión integral». Cultura y Representaciones Sociales, 11 (22), pp. 158-192.
Napoletano, B., et al., 2022. «Critical Geography’s Nature Problem and the Lefebvrian Ecological Dialectic», Journal of Historical Geography, 78, pp. 33-44.
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* Licenciado en Ciencias Sociales, Universidad Distrital Francisco José de Caldas. E-mail: ngarciab@udistrital.edu.co.
** Estudiante de maestría en Geografía, Centro de Investigación en Geografía Ambiental (CIGA), Universidad Nacional Autónoma de México. E-mail: bzambrano@pmip.unam.mx.
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