Daniel Prieto Sánchez* y Marisol Valencia-Orrego**

 

Resumen: El modo de producción y control sociometabólico del capital intensifica la crisis ecológica global, agravada en parte por la contaminación derivada del modelo hegemónico de gestión de residuos, centrado en el enterramiento y la incineración. Frente a esta crisis, este artículo examina el pensamiento de István Mészáros en torno a la cuestión sociometabólica, con el propósito de aportar a los estudios críticos sobre conflictos socioambientales de la ecología política, en relación con la gestión capitalista de los residuos. A manera de conclusión, se enfatiza la urgencia de profundizar en estudios sobre la contaminación y en la búsqueda de alternativas de aprovechamiento de residuos más allá del capital.

Palabras clave: orden sociometabólico, mediaciones, ruptura metabólica, crisis ecológica, contaminación

 

Abstract: The mode of production and sociometabolic control under capital intensifies the global ecological crisis, worsened in part by pollution stemming from the hegemonic waste management model focused on landfill and incineration. In response to this crisis, this article examines István Mészáros’s thought on the sociometabolic question, aiming to contribute to critical studies on socio-environmental conflicts from a Political Ecology perspective, specifically concerning capitalist waste management. In conclusion, it underscores the urgency of deepening studies on pollution and pursuing alternative approaches to waste utilization beyond capital.

Keywords: sociometabolic order, mediations, metabolic rift, ecological crisis, pollution

 

Introducción

La intensificación del modo de producción y control sociometabólico del capital ha profundizado las asimetrías en los intercambios entre las sociedades y la naturaleza, afectando a los ecosistemas, los bienes comunes naturales y la salud humana. En vista de este fenómeno, el filósofo húngaro István Mészáros sostiene que la degradación ecológica constituye una manifestación concreta de las contradicciones inherentes al sistema del capital. Según Mészáros (2009, 2011), esta degradación es un reflejo de su profunda crisis estructural, la cual abarca dimensiones ecológicas, sociales, políticas y culturales, todas mediadas por la relación dialéctica de la tríada capital-trabajo/producción-Estado.

A partir de sus estudios de la obra clásica de Karl Marx, Friedrich Engels y de su propio mentor, György Lukács, Mészáros propone el concepto de orden sociometabólico para comprender las implicaciones de las mediaciones de segundo orden del capital en la organización de la estructura productiva y en el proceso de trabajo que sostiene la reproducción de la vida material en las sociedades capitalistas. En última instancia, las mediaciones entre los seres humanos y las condiciones vitales para su reproducción, provistas por la naturaleza, han dado lugar a una ruptura metabólica que se manifiesta en el desequilibrio en el intercambio ecológico derivado de la relación entre los ciclos de la naturaleza y las necesidades humanas.

Con base en estos elementos, este artículo explora brevemente la correlación de los conceptos de orden sociometabólico, mediaciones y límites ecológicos del capital, propuestos en la obra de Mészáros, con el fin de contribuir a los marcos de comprensión de los estudios críticos sobre la crisis ecológica causada por la contaminación y las alternativas a la gestión capitalista de los residuos, en el horizonte de una transición radical hacia un paradigma de producción más allá del capital.

Del orden sociometabólico del capital a la crisis ecológica

En El capital. Crítica de la economía política, Marx (2013 [1867]) planteó que el proceso del trabajo debe entenderse como una relación transformadora entre los seres humanos y la naturaleza. Desde esta perspectiva, el capital es, en sí mismo, un sistema complejo de mediación, regulación y control del metabolismo social en relación con la naturaleza. A partir de esta comprensión dialéctica, Mészáros desarrolló una de las críticas más distintivas a la lógica contemporánea que fundamenta el sistema sociometabólico del capital. Atendiendo a las contingencias del siglo XX, el filósofo húngaro ahondó en las particularidades del orden sociometabólico que se expresan en la intensificación de la apropiación económica de la naturaleza, la explotación de la fuerza de trabajo y la subsunción de la organización política del Estado al capital.

Mészáros (2009, 2011) subraya que la aceleración de las fuerzas de producción puede entenderse como la intensificación de la relación tríadica capital-trabajo/producción-Estado, lo que acentúa las fuerzas destructivas que impactan en la naturaleza. Desde allí, el autor desarrolló su análisis del orden sociometabólico, especialmente en sus obras Teoría de la alienación de Marx (Mészáros, 2006) y Más allá del capital (Mészáros, 2010 [1995]). Basándose en las aportaciones sobre la «mediación» de su mentor György Lukács, Mészáros realizó una contribución sustancial a la comprensión del sociometabolismo del sistema del capital a través del estudio crítico de las mediaciones primarias y de segundo orden.

El sistema del capital se entiende así como un modo específico de control del orden sociometabólico que opera hegemónicamente a través del círculo vicioso de las mediaciones de segundo orden. De acuerdo con Mészáros (2011), estas mediaciones se expresan en siete grandes elementos interrelacionados: las relaciones reproductivas que constituyen la familia nuclear sometida a la estructura normativa del Estado, los medios alienados de producción, el dinero ligado al sistema monetario, los objetivos fetichistas de la producción, la explotación del trabajo, las diversas formaciones del Estado y el incontrolable mercado mundial.

Estas mediaciones influyen en la formación de una sociedad alienada tanto de sus medios de producción como de sí misma, profundizando la reificación de las relaciones sociales y el proceso de objetivación y cosificación de la fuerza de trabajo humana, la producción y la naturaleza, orientadas a la materialización de mercancías subordinadas al sistema del capital (Mészáros, 2009, 2011, 2015; Valencia-Orrego, 2018, 2023). Así, dichas mediaciones configuran un círculo vicioso cuya reproducción enfrenta los límites absolutos del capital, es decir, barreras estructurales que convierten el sistema del capital en un mecanismo incontrolable y esencialmente destructivo, capaz de perpetuar su propia crisis estructural.

Entre estos límites, destaca la dimensión ecológica, dado que la lógica de apropiación económica y la explotación intensiva de la naturaleza han propiciado la producción humana de la crisis ecológica global que se manifiesta en la pérdida de biodiversidad, el cambio climático y la contaminación causada por los residuos.

La crisis estructural del capital subyace, precisamente, a la reproducción de este orden sociometabólico que apunta hacia la acumulación creciente de capital en un planeta con bienes naturales finitos. Ante esto, Mészáros (2009, 2011) argumenta que estas determinaciones destructivas han conllevado la activación de los límites absolutos del capital caracterizados, en general, por: 1) una economía con sobreproducción, deudas, desempleo crónico y tasa decreciente de ganancia; 2) conflictos de clase, étnico-raciales y de género, y 3) degradación de los ecosistemas.

Así, la producción y el control sociometabólico del capital se estructuran de manera antagónica a sus propios límites absolutos —principalmente de la naturaleza—, mientras intensifican la subordinación del trabajo, la tasa de explotación y la dominación social a través del aparato represivo del Estado para asegurar el funcionamiento continuo de su propio sistema (Mészáros, 2009, 2011). En esta estructura radican los procesos contemporáneos de mercantilización, privatización y financiarización de la naturaleza subordinados a la lógica del cercamiento de las tierras para la instalación de rellenos sanitarios, incineradores y botaderos a cielo abierto. A su vez, dicha estructura mediada por la racionalidad económica del capital refuerza la subordinación de las comunidades locales y el sacrificio de territorios donde avanza la degradación ambiental de los ecosistemas y la ampliación de las desigualdades sociales.

Frente a esto, Foster y Clark (2016), en su interpretación de Mészáros, señalan que la constitución de la tríada humanidad-trabajo/producción-naturaleza, mediada por el intercambio de mercancías en la lógica de la sociedad capitalista, ha transitado hacia una nueva relación triádica: humanidad alienada – trabajo/producción alienados – naturaleza alienada. Según Mészáros (2006), esto implica una relación de reciprocidad dialéctica en la que la humanidad no solo es creadora de la industria y la actividad productiva y generadora de contaminación, sino también de su producto:

Y puesto que la relación del hombre con la naturaleza está mediada por una forma alienada de actividad productiva, la «naturaleza antropológica» fuera del hombre lleva las marcas de esta alienación de manera cada vez más acentuada, lo que se demuestra gráficamente por la intensidad de la contaminación que amenaza la existencia misma de la humanidad (Mészáros, 2006: 100).

A la reproducción de la industria y la actividad productiva subyace la creciente complejidad de la sociedad humana, que crea nuevas necesidades mientras satisface otras más antiguas (Mészáros, 2006), como también el motor que impulsa la generación de residuos cada vez más complejos y el despojo de tierras para la instalación de infraestructuras de enterramiento e incineración, lo que agudiza la contaminación, especialmente en aquellos «territorios de sacrificio» (Soliz, 2023) cosificados por la sociedad capitalista para la disposición final de sus residuos. Así, las mediaciones del capital han reificado tanto los residuos, tratándolos como mercancías, como estos territorios, privatizándolos para transformarlos en las llamadas «zonas de sacrificio» institucionalizadas, reguladas y vigiladas por el Estado. Sin embargo, se trata de territorialidades complejas, con ecosistemas, identidades, memorias y resistencias que permanecen en un riesgo constante de ser considerados sacrificables (Soliz, 2023).

En este sentido, las mediaciones de segundo orden del capital han adquirido una forma tal que el consumo, aparentemente destinado a satisfacer necesidades humanas básicas, se ve sometido de manera profunda y real tanto en cantidad y forma como en la cualidad y calidad de los objetos de consumo (Mészáros, 2011; Marx, 2019). Estos bienes avanzan rápidamente hacia su conversión en residuos, ahora fetichizados en el ámbito de la industria contaminante del enterramiento de desechos. La contaminación, entonces, evidencia las repercusiones materiales de una naturaleza alienada, sobre la cual las ciencias y el Estado inciden en la perpetuación de este ciclo reproductivo y destructivo:

La intensificación de la «alienación de la naturaleza» —la contaminación, por ejemplo— es impensable sin la participación más activa de las ciencias naturales en el proceso. Estas reciben sus tareas de la «industria alienada» en forma de «objetivos de producción» capitalistas —es decir, metas subordinadas a las «leyes naturales ciegas» del mercado— despreciando las implicaciones y repercusiones humanas últimas de la realización de tales tareas (Mészáros, 2006:106).

De esta manera, el Estado ha sido superado por el carácter incontrolable del orden sociometabólico del capital, orientado hacia la acumulación a costa de la degradación ambiental, la salud y la explotación de la fuerza de trabajo humana para acelerar la producción de mercancías, el consumo y el descarte de residuos destinados al enterramiento. Mészáros (2009) sostiene que la intensificación de este orden no solo agudiza la crisis estructural del capital, sino que además acelera la producción humana de catástrofes y la destrucción de la naturaleza a escala planetaria:

Otra contradicción básica del sistema capitalista de control es que no puede separar el «progreso» de la destrucción ni el «progreso» del desperdicio, aunque los resultados sean catastróficos. Cuanto más desbloquea el sistema los poderes de la productividad, más desata los poderes de la destrucción, y cuanto más amplía el volumen de producción, más tiene que enterrarlo todo bajo montañas de basura asfixiante (Mészáros, 2009: 91).

En última instancia, la reproducción de este orden sociometabólico deforma no solo las relaciones sociales y la naturaleza, reificándolas en forma de mercancía, sino además las necesidades humanas fundamentales, las cuales se transforman en «necesidades artificiales» y «deseos inútiles» alineados con los intereses de consumo mediados por el sistema del capital (Mészáros, 2006, 2011; Marx, 2013 [1867]; Valencia-Orrego, 2023). Así, esta dinámica destructiva contraviene una mediación primaria que debería reorganizar la reproducción material de la humanidad en función del cuidado de los bienes naturales comunes y la satisfacción de las necesidades humanas en reciprocidad dialéctica con los límites absolutos de la naturaleza.

Conclusiones

La reproducción intensiva del orden sociometabólico del capital exige una revisión exhaustiva del llamado «círculo vicioso del capital», vinculado a los «objetivos fetichistas de la producción» y a la aparente capacidad ilimitada de consumo y producción de mercancías, que rápidamente se convierten en residuos. Este fetichismo y esta alienación extendidos, también reforzados ideológicamente por el consumo promovido a través de redes sociales y otras plataformas tecnológicas, afianzan la noción de infinitud en el flujo de energía y materiales necesarios para la producción, el consumo y el descarte. Este fenómeno radicaliza la disociación respecto a la dimensión ecológica de las acciones humanas y revela la ruptura metabólica que subyace a los conflictos socioambientales, generados por la masiva producción de residuos y su disposición final en territorios periurbanos y rurales.

En este sentido, es fundamental considerar los aportes de la crítica al capitalismo que buscan una ruptura genuina con el círculo vicioso del capital, más allá de propuestas reformistas o de cambios superficiales sin un propósito transformador. Así, un punto de partida para lograr un equilibrio entre causalidad y teleología radica en reconocer las «mediaciones primarias» como horizonte de acción social, política, económica y cultural para superar la alienación, o como la «montaña que debemos conquistar» para reestructurar dicho flujo y, al mismo tiempo, mitigar los efectos catastróficos y destructivos del orden sociometabólico del capital.

Al respecto, es necesario ahondar en la crisis ecológica generada por la contaminación, que constituye una expresión concreta de la ruptura metabólica subyacente a las relaciones de intercambio entre humanidad y naturaleza, mediadas por el capital. Desde la ecología política, es posible ampliar el horizonte crítico para comprender las transformaciones en el flujo de energía y materiales subordinados al orden sociometabólico dominante; esto implica seguir analizando los procesos de apropiación económica de la naturaleza, transformación, distribución, consumo y, en particular, la excreción y el destino final de los residuos que se entierran en los ecosistemas.

Entretanto, los residuos, cuando son adoptados como recursos por organizaciones de recicladoras y recicladores de base comunitaria, movimientos sociales ambientales y redes agroecológicas, desempeñan un papel significativo en el aprovechamiento, la valorización y la resignificación de la basura como bien común. Esto plantea un desafío ontológico, en el sentido propuesto por Soliz (2021), al reconfigurar la «basura como naturaleza», reconociendo su dimensión de materia orgánica e inorgánica con potencial para recuperar su valor de uso, contribuyendo a la restauración ecológica de suelos contaminados, la revitalización del tejido social y la producción alimentaria. En este contexto, estos procesos sociales deben ser analizados en cuanto a su posibilidad histórica de contribuir a una transición hacia un paradigma de producción más ético y ecológico, que promueva una gestión adecuada de la materia y la energía dentro de cadenas productivas y procesos de trabajo dialécticos, en una sintonía recíproca con las necesidades humanas y los ciclos metabólicos de la naturaleza y la vida en el planeta.

Referencias

Foster, J., y B. Clark, 2016. «Marxism and the Dialectics of Ecology». Monthly Review, 68, (5). Disponible en: https://monthlyreview.org/2016/10/01/marxism-and-the-dialectics-of-ecology, consultado el 2 de diciembre de 2024.

Marx., K, 2013. O Capital: crítica da economia política. São Paulo: Boitempo Editorial.

Marx., K, 2019 [1867]. El capital I: crítica de la economía política. Valencia, Espuela de Plata.

Mészáros, I., 2010 [1995]. 1995. Más allá del capital. Hacia una teoría de la transición. La Paz, Pasado y Presente.

Mészáros, I., 2006. A teoria da alienação em Marx. São Paulo, Boitempo.

Mészáros, I., 2009. A crise estrutural do Capital. São Paulo, Boitempo.

Mészáros, I., 2011. Para além do capital: rumo a uma teoria da transição. São Paulo, Boitempo.

Mészáros, I., 2015. A montanha que devemos conquistar. São Paulo, Boitempo.

Soliz Torres, M., 2021. La basura como naturaleza: la basura con derechos. Quito, Universidad Andina Simón Bolívar.

Soliz Torres, M., 2023. Territorios en sacrificio: comunidades basurizadas. Quito, Universidad Andina Simón Bolívar.

Valencia-Orrego, M., 2018. «Mediação e serviço social: conhecimento e intervenção». En: A. Moraes, M. Rodrigues y R. Cavalcante (orgs.), Panorama da produção discente do Ppgss-UFRJ. Río de Janeiro, UFRJ, pp. 139-153.

Valencia-Orrego, M., 2023. «Análisis sobre la reificación en el pensamiento de Marx y Lukács». Revista Eleuthera, 25 (1), pp. 185-201.

* Politólogo. Doctor en Ciencias Sociales en Desarrollo, Agricultura y Sociedad por la Universidad Federal Rural de Río de Janeiro (CPDA/Ufrrj). Investigador del Núcleo de Estudos em Economia Regional, Território, Agricultura e Meio Ambiente do Paraíba do Sul (Neertam/Ufrrj) y del Grupo de Investigación de Socioeconomía, Instituciones y Desarrollo (Gseid/UNAL). Email: wdprietos@unal.edu.co.

** Trabajadora social. Doctora en Trabajo Social por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ). Profesora Asociada C-1 y coordinadora del curso de Servicio Social de la Universidad Federal Rural de Río de Janeiro (Ufrrj). Lidera el Núcleo de Estudo e Pesquisa da Prática Profissional do Serviço Social (Neppss/Ufrrj). E-mail: marisolvalencia@ufrrj.br.

 

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