Jesús Janacua Benites*

DOI: doi.org/10.53368/EP60MABr04

Resumen: En nuestro trabajo, el objetivo es reflexionar acerca de qué elementos inciden en la construcción social de la agricultura industrial como conflicto socioambiental, toda vez que este tipo de agricultura ha experimentado un incremento considerable desde 2004 y sus prácticas tienen consecuencias ambientales graves, como la contaminación, la deforestación y el uso intensivo de agua. Partimos de la idea de que la agricultura industrial es un proceso de saqueo lento (slow violence), y esto, junto a otros factores, hace que sea difícil concebirla como un problema ambiental y, por ende, como un conflicto socioambiental.

Palabras clave: agricultura industrial, conflicto socioambiental, aguacate, berries

Abstract: In our work, the objective is to reflect on what elements affect the social construction of industrial agriculture as a socio-environmental conflict. The foregoing, given that this type of agriculture has experienced a considerable increase since 2004 and its practices entail serious environmental consequences such as pollution, deforestation and the intensive use of water. We start from the idea that industrial agriculture is a process of slow looting (slow violence) and that this, in addition to other elements, make it difficult to conceive it as an environmental problem and, therefore, as a socio-environmental conflict.

Keywords: industrial agriculture, socio-environmentalconflict, avocado, berries

 

Introducción

Al 23 de marzo del 2020, el Atlas de Justicia Ambiental[1] registraba un total de 3 081 conflictos, de los cuales solo 11 (0,35 %) tienen como fenómeno coyuntural la agricultura industrial y las consecuencias ambientales y de salud que sus prácticas generan en las comunidades donde se instala. Al mismo tiempo, en toda Latinoamérica, y concretamente en México, se ha registrado un incremento en la producción de materias primas agrícolas, por lo que se han intensificado diversos monocultivos, como los de caña, patata, quinoa, soya, maíz, aguacate o berries (moras), cuyo mercado de destino está principalmente en países del hemisferio norte.[2]

Las prácticas de la agricultura industrial son relevantes en procesos como la deforestación o el uso intensivo de agua y de agroquímicos, que tienen consecuencias ambientales y de salud, como la pérdida de biodiversidad, la desertificación o erosión del suelo y la eutrofización de las reservas de agua, además de las intoxicaciones por bioacumulación de agroquímicos en el organismo de jornaleros y jornaleras agrícolas (Seefoó, 2005) (Giraldo, 2018).

De los datos anteriores surge la siguiente pregunta: ¿por qué si la agricultura industrial tiene consecuencias de tipo social y ambiental, no se genera un mayor debate contra dicho tipo de agricultura y sus prácticas?

Imagen I. Cultivos de aguacate en el estado de Michoacán. Estos han supuesto un cambio de uso del suelo forestal. Autor: Jesús Janacua Benites.

El objetivo de nuestro trabajo es reflexionar acerca de qué elementos inciden en la construcción social de la agricultura industrial como un conflicto socioambiental. Para conseguir nuestro objetivo, haremos en primer lugar un acercamiento teórico general a los conflictos ambientales, para después exponer algunos de los conflictos registrados en el ámbito de la agricultura industrial, con el fin de ver en qué aspecto han incidido, además de mostrar algunos de los factores que dificultan que la agricultura industrial sea conceptuada como un conflicto socioambiental.

Nuestra primera hipótesis a este respecto es que sus consecuencias se perciben de una manera muy lenta, cuestión que se designa como slow violence (Navas, Mingorria y Aguilar, 2018), es decir, tal afectación tarda en hacerse visible, lo que explicaría la escasa contestación de dichas prácticas.

Los conflictos socioambientales

Tetreault, Ochoa y Hernández (2012) consideran que la diferencia entre un conflicto socioambiental y un problema ambiental se da cuando, ante la aparición de este, surge la «queja» de un actor social que se siente agraviado. Esto se corresponde con lo propuesto por Joan Martínez Alier (2006), que sostiene que un conficto ambiental o ecológico distributivo se debe a las consecuencias o externalidades generadas por el uso y apropiación de recursos en los territorios donde estos tienen lugar.

En ese sentido, un problema ambiental se convierte en un conflicto socioambiental en la medida en que se dibujan dos actores: un actor agraviado por el problema ambiental y otro actor provocador del agravio.

Se puede decir que la agricultura industrial no produce por sí misma un conflicto socioambiental, sino que son sus prácticas las que podrían ser un problema ambiental, pues suponen el saqueo de agua, la explotación del suelo y la contaminación del aire y el agua; sin embargo, si tales consecuencias no son percibidas como un agravio (Moore, 1996), el conflicto no llegará a tomar forma.

Imagen 2. Comuneros de una comunidad de Michoacán en defensa de sus terrenos comunales contra una empresa productora de berries. Autor: Napoleón Márquez Serano.

Conflictos ambientales agrícolas en el Atlas de Justicia Ambiental

En este apartado exponemos una serie de conflictos ambientales que surgieron de las prácticas de la agricultura industrial y sus consecuencias, sentidas por las comunidades y poblaciones donde esta tiene lugar, con el fin de mostrar la dificultad de instaurar procesos de lucha contra la agricultura industrial por la velocidad en que tardan en mostrarse sus repercusiones para la salud humana y ambiental. Para hacerlo, nos basamos en una revisión de los conflictos registrados en el Atlas de Justicia Ambiental (AJA).

En nuestra revisión del mapa colectivo, encontramos once de estos conflictos. Para realizar la búsqueda, utilizamos los términos «agricultura», «monocultivo» y «agroquímicos», que arrojaron 92 casos, que constituyen el 2,9 % de los 3081[3] registrados en total por el mapa. Sin embargo, de esos 92 casos, solo en 11, que a su vez constituyen el 0,35 % del total de casos registrados, figura la agricultura industrial como la responsable directa del conflicto. El resto de los casos, es decir, los otros 81, se relacionan por mantener una relación tangencial con la agricultura industrial, como por ejemplo el conflicto ocasionado por una minera que expulsa de sus tierras de cultivo a una comunidad campesina. En estos, sin embargo, no figura la agricultura o sus prácticas como los principales motivos del conflicto.

Ilustración 1 Conflictos socioambientales en torno a la agricultura industrial, registrados en el Atlas de Justicia Ambiental. Fuente: Elaboración propia con información del AJA.

Con el concepto de slow violence (Navas, Mingorria y Aguilar, 2018), o «velocidad lenta», se hace referencia al modo de acumulación gradual de los agroquímicos en el organismo, y al hecho de que la resistencia a la agricultura industrial y a los monocultivos y sus prácticas solo toma forma cuando los impactos en la salud humana y ambiental son visibles.

Como se puede ver en el cuadro arriba expuesto, la mayoría de los conflictos refieren a prácticas de agricultura industrial de varios años tras la instauración de los monocultivos, lo que quiere decir que las consecuencias ya se han hecho visibles, como la erosión, la contaminación del agua, el aire y el suelo. Esto, además, ha repercutido en la salud de los jornaleros y jornaleras agrícolas y en comunidades cercanas a las plantaciones, dado que la bioacumulación de agroquímicos ha producido enfermedades como insuficiencia renal, diversos tipos de cáncer y padecimientos menores, como irritación ocular o lesiones lumbares.

Consideramos que entre los factores que dificultan la emergencia de conflictos visibles en torno a la agricultura industrial están los siguientes: a) la falta de un «sentido de imposición», que sí acompaña a otras actividades extractivas, como la minería; b) la falta de una experiencia perceptiva inmediata de los daños y consecuencias de la agricultura industrial (slow violence); c) la falta de información sobre las consecuencias de la agricultura industrial a corto y largo plazo, y d) en el caso del cultivo del aguacate, la percepción del riesgo que supondría una movilización en defensa del bosque que activara el crimen organizado, ya que muchas huertas son ilegales y están en manos de este.

Por lo anterior, consideramos que la agricultura industrial, sus mecanismos operativos, sus prácticas, así como sus consecuencias, dejan entrever injusticias ambientales a largo plazo que atraviesan los territorios donde se instala, pero también violencias lentas en el cuerpo de la población jornalera, lo que puede dar lugar a movilizaciones por la justicia ambiental como consecuencia de la expansión de la agricultura industrial y una vez que la afectación mencionada tome forma de agravio, es decir, cuando se escuche la voz de aquellos que habitan los territorios donde se instala el agronegocio. Así, la construcción de la agricultura industrial como un conflicto socioambiental termina por incluir aspectos subjetivos como el arraigo, el afecto y el apego por el territorio.

Conclusiones

El objetivo del texto es suscitar una reflexión acerca de los factores que inciden en la construcción de la agricultura industrial como un conflicto socioambiental, toda vez que sus prácticas tienen consecuencias ambientales como la deforestación, la desertificación o la erosión del suelo, la explotación, la contaminación y la eutrofización del agua.

Sin embargo, a pesar de tales consecuencias, en el Atlas de Justicia Ambiental solo se encontraron once conflictos de los más de tres mil que había registrados en el mapa. Esto puede deberse a que las consecuencias de la agricultura industrial tardan en hacerse visibles, y cuando lo hacen, la bioacumulación de agroquímicos ya ha dado lugar a enfermedades como la insuficiencia renal crónica (IRC) o diversos tipos de cáncer, entre otras afectaciones, así como irritación ocular o lesiones lumbares.

En nuestro trabajo retomamos la definición de conflicto socioambiental entendido en términos de una contraposición de voluntades e intereses de al menos dos actores. Pensamos que si se ha de construir la agricultura industrial como un conflicto socioambiental, en ello ha de participar la población jornalera, pero también y sobre todo las personas que habitan y deciden en los territorios donde la agricultura industrial se ha instalado.

Referencias

AJA, 2014. «Agroquímicos e insuficiencia renal, San Luis Talpa, El Salvador». Disponible en: https://ejatlas.org/print/agroquimicos-e-insuficiencia-renal-san-luis-talpa-el-salvador, consultado el 23 de marzo de 2020.

AJA, 2015. «Cultivo intensivo de caña en la laguna de Sonso, Colombia». Disponible en: https://ejatlas.org/print/laguna-de-sonso-colombia, consultado el 23 de marzo de 2020.

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AJA, 2015c. «Monocultivo de soya en Santa Cruz, Bolivia». Disponible en: https://ejatlas.org/print/monocultivo-de-soya-en-santa-cruz-bolivia, consultado el 23 de marzo de 2020.

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AJA, 2017. «Contaminación de agua con metales pesados y agrotóxicos en Pocitlán, Jalisco, México». Disponible en: https://ejatlas.org/print/contaminacion-de-agua-con-metales-pesados-en-poncitlan-jalisco, consultado el 23 de marzo de 2020.

AJA, 2018. «Expansion of coconut plantations threatens indogenous people, Brazil». Disponible en: https://ejatlas.org/print/agribusiness-affecting-indigenous-tremembe-in-ceara , consultado el 23 de marzo de 2020.

AJA, 2018a. «Banana workers affected by agrotoxics in Barú, Panamá». Disponible en: https://ejatlas.org/print/banana-workers-affected-by-fumazo-dbcp-in-baru-panama, consultado el 23 de marzo de 2020.

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* Dirección General de Educación Tecnológica Agropecuaria y Ciencias del Mar, estudiante del doctorado en Desarrollo Rural en la Universidad Autónoma Metropolitana, Xochimilco. E-mail: jjanacuabenites@gmail.com

[1] El Environment Justice Atlas o Atlas de Justicia Ambiental es un mapeo colaborativo en el que se documentan conflictos en torno a la extracción de recursos naturales, la producción industrial de biorecursos y la gestión de desechos para constituirse como una herramienta en la lucha por la justicia ambiental (Temper, Del Bene, Argüelles y Cetinkaya, 2015)

[2] Por ejemplo, en el caso del cultivo de berries, según datos de la Asociación Nacional de Exportadores de Berries, el 97 % de la producción mexicana tiene como destino principal Estados Unidos y Canadá.

[3] Revisión realizada el 23 de marzo de 2020. El AJA es un mapa en el que se registran de forma constante conflictos socioambientales en todo el mundo.

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