Inés Villanueva Pérez*

 

Resumen: Desde principios de 2019, grupos de jóvenes de todo el mundo se han organizado para exigir la acción política tanto civil como institucional, ante la emergencia climática y el colapso ecológico. De estos colectivos, Barcelona ha acogido a uno de los más numerosos y con más presencia a nivel estatal: Fridays For Future Barcelona. A partir de la definición de movimiento social planteada por Ernesto Laclau en La razón populista (2005) y de una metodología de estudio basada en la observación participante, el artículo expone el vínculo de esta agrupación con las apuestas teóricas del decrecimiento.

Palabras clave: decrecimiento, Fridays For Future Barcelona, activismo, teoría política, Ernesto Laclau

 

Abstract: Since the beginning of 2019, groups of young people over the world have organized to demand civil and institutional political action to face the climate emergency and the ecological collapse. Barcelona has taken in one of the most numerous groups in Spain, Fridays For Future Barcelona. Starting from the definition of social movement thought by Ernesto Laclau in On Populist Reason (2005), the article investigates the link between this group and the theoretical approaches of degrowth, by participant observation of the case study.

Keywords: degrowth, Fridays For Future Barcelona, activism, political theory, Ernesto Laclau

 

 

Introducción

Hoy sería muy difícil ignorar el surgimiento del movimiento juvenil Fridays For Future (F4F). Tal vez una de sus características que más llama la atención es la corta edad de sus integrantes, así como de su precursora, y también la gran capacidad de movilización que han demostrado alrededor del mundo. Esto parece haberle ganado al movimiento una atención mediática importante, que sin embargo no se ha traducido todavía en un análisis más pausado de su naturaleza desde la óptica de la ecología política. Por ello mi estudio se centra en indagar brevemente las potencialidades de F4F como movimiento social. Focalizo el análisis en el grupo barcelonés por mi estrecho vínculo con él, y enfatizo su relación con el decrecimiento como marco teórico desde el que puede (o no) articular sus demandas. Pretendo así plasmar unas conclusiones aproximadas sobre la naturaleza del vínculo decrecimiento-F4F, elaboradas a partir de un proceso de observación participante. Para ello, tomo como punto de partida un enfoque teórico con la perspectiva contraria: analizo si el decrecimiento puede considerarse, per se, un movimiento social.

 

 

Pensar el decrecimiento como un movimiento social

El decrecimiento es una propuesta que se plantea más allá de lo teórico y pone el énfasis en su sinergia con la práctica bajo un lema común pero plural, que «se centra en torno a la economía reproductiva de la atención, y en la recuperación de antiguos —y en la creación de nuevos— comunes […] nuevas formas de vivir y de producir». Así lo explican D’Alisa et al. en Decrecimiento (2014: 40), donde recopilan numerosas experiencias, teóricas y prácticas, que podríamos situar en el marco decrecentista. Así, este gran número de vivencias y casos lleva a preguntarse si el decrecimiento constituye realmente un movimiento social. O, en el supuesto de que no lo sea, si puede servir como marco previo para la conformación de uno.

Estas preguntas hacen necesario decidir qué se comprende por movimiento social. Para ello
tomo la definición que Ernesto Laclau desarrolla en La razón populista (2005). Este autor pone el énfasis en los factores que hacen posible el surgimiento de tales movimientos: entre ellos, la presencia de una identidad propia (nosotros) y un otro (ellos) comunes, así como la existencia de una demanda que aglutine a todas las demás reclamaciones sociales, generalmente heterogéneas. De la misma forma, este marco teórico hace hincapié en la importancia del discurso y la nominación para crear identidades sociales compartidas, proceso que se considera a su vez indispensable para la existencia de un movimiento social.

A partir de todo lo expuesto, ¿podemos hablar de un discurso decrecentista que identifique a un sujeto político concreto? ¿Cuál es el nosotros y cuál el ellos del decrecimiento? ¿Cuál es la demanda que aúna al resto de los requerimientos sociales en el decrecimiento?

Por un lado, el discurso del decrecimiento no parece apelar a un sujeto concreto, sino que da la impresión de estar constituido por una serie de ideas dirigidas a unos sujetos que las hacen propias, lo que posibilita la identificación y la formación del sujeto político del decrecimiento. Como consecuencia, el nosotros —y, por extensión, el ellos— al que Laclau otorga tanta importancia solo puede asumirse si ya se ha despertado en estos sujetos una intuición mínima de las ideas que se desarrollan bajo el paraguas conceptual del propio decrecimiento. Si se tiene en cuenta que este discurso no apela a un sujeto, sino que funciona, más bien, como paradigma, podría afirmarse que el decrecimiento no es un movimiento social, al menos bajo un punto de vista laclauniano.

Por otro lado, podemos afirmar que el decrecimiento funciona precisamente como un elemento esencial en todo esto: como centro aglutinador de diversas demandas sociales, un eje sobre el que se erigen propuestas concretas, que puede llegar a estructurar el discurso de un cierto movimiento social. Tal es la tesis aquí sostenida: Fridays For Future Barcelona, como movimiento social, toma el decrecimiento como base estructuradora de su discurso.

Imagen 1. Pancarta exhibida el pasado viernes 27 de septiembre, durante la manifestación por el clima convocada por F4F Barcelona y apoyada por otros colectivos. Autor: Marc Lozano.

 

F4F BCN y el decrecimiento

Esta tesis se puede comprobar mediante el análisis del contenido de los discursos públicos del grupo de portavoces y de los documentos elaborados para cada convocatoria de manifestación desde el movimiento. A continuación se muestran tres extractos de textos preparados para tres de las movilizaciones organizadas hasta la fecha, que dan cuenta de la íntima relación del grupo barcelonés con la propuesta teórico-práctica del decrecimiento, así como con el pensamiento ecologista de las últimas décadas.

 

Manifiesto del 15 de marzo de 2019 (primera manifestación por el clima)

Las generaciones en el poder están robando nuestro futuro. Nuestras sociedades se encuentran en una situación de emergencia colectiva a causa de las crecientes extinciones, el colapso climático y otros daños socioambientales. Es urgente poner freno al crecimiento ilimitado en un planeta finito.

 

Manifiesto del 24 de mayo de 2019 (tercera manifestación por el clima)

Hemos llegado a un punto de no retorno y es necesario señalar la raíz del problema: nuestro sistema productivo y consumista, que prefiere el beneficio económico a la salvaguarda de la vida. La lógica del crecimiento y del progreso ilimitado ha llevado a nuestra biosfera a un punto crítico. […] Instituciones como el BCE o el FMI, ligadas estrechamente a la Unión Europea, representan este sistema que provoca miseria y muerte alrededor del mundo, especialmente en el Sur global. […] se expolia gran parte del continente africano, entre otras muchas regiones que también sufren estos robos; y todo para mantener unas comodidades en el Norte que tiñen de banalidades nuestra vida [1]

 

Discurso del 27 de septiembre de 2019 (cuarta manifestación por el clima)

La lógica del crecimiento económico ilimitado, en un planeta finito, ha llevado a la vida al borde del abismo: aire, mar y tierra están contaminados y los recursos naturales, sobreexplotados. […] Vivimos socavando las bases materiales que nos permiten estar vivas y vivos. Esto es transversal y, por ello, la solución justa y real tiene la capacidad de brindarnos verdaderos horizontes de emancipación social.

Son tiempos de urgente revolución por la vida. Luchar por la justicia climática significa apoyar la lucha indígena contra la criminal deforestación extractivista del Gobierno de Bolsonaro, que nos está arrebatando los pulmones del planeta en pos del crecimiento económico.

Es luchar contra el fascismo neocolonial que cruza fronteras para arrebatar los recursos del Sur, pero levanta muros dejando miles de muertes inocentes a su paso.

Significa rechazar profusamente el racismo y la aporofobia estructural que criminalizan y persiguen, también en nuestras propias ciudades. Significa rechazar la violencia contra los manteros y de todos aquellos despojados de una vida digna y legal. Es dejar de votar a gente como Trump y Salvini…

Luchar por la justicia climática es gritar alto y fuerte que las personas tienen derecho a amar y a definirse como quieran, libremente, porque compartimos el origen del problema.

Luchar por la justicia climática es actuar reconociendo que vivimos subordinadas a la naturaleza, que somos cuerpos que dependen de otros cuerpos y, finalmente, que no todas somos igual de vulnerables a los efectos de la crisis ecológica: personas pobres, personas del Sur y de los países del mediterráneo, niños y niñas, y las mujeres.

Con su exigencia de justicia climática y su crítica al crecimiento, el decrecimiento, sin ser exigido explícitamente, acaba siendo el espacio de reflexión previo y la propuesta de actuación desde el movimiento, y por lo tanto también deviene demanda. Sin embargo, con ella se dan la mano otras muchas demandas sociales que se amparan en marcos de justicia e igualdad, como las luchas antirracista, feminista y decolonial, entre otras. La presencia de otras luchas en el discurso del movimiento deja entrever la intención de transversalidad del grupo; una voluntad compartida también por el decrecimiento.

Además de esto, dentro de la propia organización de Fridays For Future Barcelona existe una comisión específica que se encarga de preparar manifiestos, ruedas de prensa, discursos y hasta un compendio de vocabulario compartido. Este último es un documento que pretende definir colectivamente conceptos usados a menudo en el discurso ecologista: colapso, emergencia, crisis climática, crisis ecológica, sociedad del crecimiento, sostenibilidad, desarrollo sostenible… incluso el propio concepto de decrecimiento, punto de partida desde el que se piensa la definición de los demás. Así, se da un proceso constante en el cual las líneas discursivas comunes de los sujetos en lucha elaboran, casi literalmente, significantes compartidos, al tiempo que estos acaban coproduciéndolos como sujetos políticos.

A esta cuestión puede añadírsele que el grupo barcelonés sí ha encontrado un nosotros claro al que hace reiterada referencia: las «generaciones sin futuro»; así como un ellos también muy definido: las «generaciones en el poder». Esta identidad es fácil de delimitar, lo que precisamente facilita la identificación de los potenciales sujetos políticos con el movimiento social, como apunta la teoría laclauniana. Tal vez por ello el grupo ha conseguido reavivar las demandas del pensamiento ecologista en general, llevarlo fuera de sus propios muros y ponerlo otra vez en el debate público. Esto, como es evidente, no habría sido posible sin la base conceptual que todo el pensamiento ecologista de las últimas décadas ha venido desarrollando, ni sin las experiencias de otras luchas de las que tanto ha aprendido este grupo.

 

Para continuar transitando

Pese a que es necesario seguir observando la línea discursiva de F4F Barcelona, puede entenderse que esta, en buena medida, está influenciada por las tesis y propuestas decrecentistas, de forma que el movimiento encuentra en el decrecimiento el eje estructurador de las demandas que pretende abarcar. Aun así, es cuestionable que la gran mayoría de las personas seguidoras del movimiento conozcan tal propuesta, o incluso que compartan el claro rechazo hacia el sistema capitalista, tan criticado en los manifiestos del grupo barcelonés. Como movimiento social, F4F Barcelona puede (y debería) aprovechar la atención que actualmente está recibiendo para servir de puente entre las propuestas decrecentistas, tanto teóricas como prácticas, e intentar conseguir ese tan aclamado tránsito a una sociedad más justa y sostenible.

 

Referencias

D’Alisa, G., F. Demaria y G. Kallis (eds.), 2014. Decrecimiento: vocabulario para una nueva era. Barcelona, Icaria.

Laclau, E., 2005. La razón populista. Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica.

 

* Universitat Pompeu Fabra. Fridays For Future Barcelona. E-mail: ivillanuevap98@gmail.com.

[1] El documento original está en catalán. La traducción es propia.

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