Ovee Thorat* y Nitin Rai**

Traducido por Alejandro Camargo

 

Resumen

La movilidad pastoril ayuda a mantener los pastizales, pues distribuye la presión del pastoreo y asegura recursos para que las personas y los animales sobrevivan en condiciones impredecibles. Las praderas de Banni en el estado de Guyarat (India) constituyen unos pastos de uso libre que enfrentan una disminución gradual de la movilidad pastoril. Parte de estas praderas han sido objeto de mercantilización mediante el desarrollo del turismo o el Estado las ha sido convertido en recintos de conservación. Como respuesta a esta situación, algunos pastores han comenzado a apropiarse de tierras de forma privada, lo que ha generado conflictos dentro de la comunidad pastoril. El mayor acceso a insumos, como el forraje comprado en el mercado y el agua de grifo, ha reducido la migración. La respuesta de las ONG a los cercamientos privados y estatales ha sido promover regímenes de propiedad y pastoreo comunal. Sin embargo, las intervenciones que pretenden restaurar el pastoralismo tradicional oscurecen la compleja realidad actual. En este artículo demostramos que las contradicciones entre conservación, pastoreo e intensificación del mercado tienen implicaciones para las personas y los pastizales.

 

Palabras clave: intervenciones de desarrollo, movilidad pastoril, praderas de Banni, India

 

Introducción

Se considera que el movimiento de ganado y de personas en los pastizales es beneficioso para la ecología de los pastizales y para los pastores (Adriansen y Nielsen, 2005; Agustine y McNaughton, 2006; Fratkin, et al., 1999; Turner, 1999; Weber y Horst, 2011). Sin embargo, en las últimas décadas los paisajes pastoriles han cambiado rápidamente en muchas partes del mundo (Bhattacharya, 1995; Fratkin, 2001; Fratkin et al., 1999; Kerven et al., 2006; Turner y Hiernaux, 2008). La pérdida de movilidad pastoril, especialmente en las tierras secas, está relacionada con intervenciones de desarrollo que asumen que las comunidades pastoriles son atrasadas y que su tierra es improductiva (Darkoh, 1998; Fratkin, 2001; Leach y Mearns, 1998). La sedentarización forzada, la promoción de formas de vida diferentes y la introducción de nuevas variedades de ganado son algunas de esas intervenciones. Otro impulsor de la sedentarización ha sido la implementación de prácticas de conservación (Brockington, 1999), pues los pastizales también se están haciendo más productivos mediante el turismo “verde” y la agricultura. Todos estos elementos han cambiado los patrones de movilidad de los pastores (Fleischner, 1994).

Más recientemente, se ha buscado contrarrestar la sedentarización a través de lo que Turner (2011) ha llamado el “nuevo paradigma de desarrollo pastoril”. Según este paradigma, la movilidad se renueva mediante distintos tipos de intervenciones. Sin embargo, implementar políticas que fomenten la movilidad pastoril es una tarea desafiante, como describiremos en este artículo. La naturaleza de las intervenciones y sus impactos han cambiado, debido sobre todo a la entrada de actores no estatales, como las ONG de desarrollo y los grupos de conservación (Grell y Kirk, 1999; Li, 2005). A partir de este estudio de caso, argumentamos que las intervenciones de desarrollo que no toman en cuenta la compleja realidad sobre el terreno pueden conducir a resultados contradictorios.

 

Las praderas de Banni

Con una superficie de más de tres mil kilómetros cuadrados, Banni se encuentra cerca de la frontera entre la India y Pakistán, en el distrito de Kachchh, en Guyarat (figura 1). Banni se divide geográficamente en diecinueve unidades administrativas llamadas panchayat, y cuenta con tres regiones principales: oriental, central y occidental. Estas divisiones también tienen distintas composiciones comunitarias. En ninguna otra parte del país existen vastas praderas áridas que se conviertan en humedales con cada monzón o en ásperos desiertos durante las sequías. Estos pastizales sostienen flora y fauna diversas y adaptadas a estas condiciones variables, y son un destino importante para las aves migratorias (Koladiya et al., 2013).

 

Imagen 1. Ubicación de Banni, con los límites de los diecinueve panchayat y las tres regiones principales. Autor: O. Thorat, sobre la base de la información de K-link Foundation (www.klink.co.in).

Hay veinte grupos étnicos en Banni, en su mayoría de pastores. Cada asentamiento está dominado por un solo grupo o clan. Banni es conocido por ser un sitio para la cría de ganado nativo, como el búfalo banni y las vacas kankrej, que se crían en los pastos de uso libre. En 2011, Banni tenía una población de alrededor de ochenta mil cabezas de ganado y cerca de veinticinco mil personas . Oficialmente, esta zona está bajo el control del Estado, pero la comunidad local la usa principalmente como un área comunal. En el año 1955, 2700 km2 del área de Banni se declararon Bosque Protegido (BP) en virtud de la Ley de Bosques de la India de 1927 (Indian Forest Act).[1]

Los principales actores en Banni son el Estado, las organizaciones de la sociedad civil, las instituciones de investigación y las comunidades locales. Recientemente la gente de Banni, liderada por ONG,[2] se unió para reclamar los derechos que le concede la Ley de Derechos Forestales de 2006 (Forest Rights Act, FRA). Esta legislación apunta a reconocer los derechos de los habitantes de los bosques y de los pastores, que históricamente se les han negado.

Utilizamos una combinación de enfoques cuantitativos y cualitativos para estudiar el cambio de paisaje en Banni. Mapeamos la producción de pastizales y los encierros agrícolas con software Google Earth y GIS/RS, mientras que para las áreas de pastoreo recurrimos a la ayuda de los pastores. Empleamos entrevistas semiestructuradas y en profundidad, discusiones en grupos focales y análisis de contenido del material disponible para comprender las intervenciones de desarrollo y sus impactos. El trabajo de campo duró dos años, desde enero de 2014 hasta enero de 2016.

 

Transformación de un paisaje pastoril

Las praderas de Banni se han transformado en las últimas décadas debido a diversas intervenciones de manejo. Las largas sequías de la década de 1970 y el terremoto masivo de 2001 favorecieron el incremento de las intervenciones en esta región.

El mapeo comunitario revela que los pastores utilizan el paisaje de manera flexible, de acuerdo con la temporada y la disponibilidad de pastos. Las imágenes de satélite muestran una historia de creación de fronteras. En la década de 1990, el Departamento Forestal de Guyarat promovió varios cercamientos para asegurar la conservación de pastizales. El mapeo de estos muestra que comprendieron 203 km2 en Banni.

Para asegurar la conservación, se compartimentó el paisaje, se restringió el pastoreo y se establecieron programas de repoblación forestal para que el área fuera más “productiva”. Una de las primeras intervenciones fue la forestación con arbustos de rápido crecimiento. El Departamento Forestal del Estado plantó Prosopis juliflora, especie originaria de América del Sur, para contrarrestar la alta salinidad de los suelos (Jothimani y Garg, 1992). En la década de 2000, el arbusto se extendió por el 40 % del área (Pasha et al., 2014), lo que conllevó la fragmentación de los pastizales.

 

En 2006, el Departamento Forestal formuló un plan de trabajo para la gestión de Banni. El plan dividía Banni en diferentes zonas para asegurar la conservación de los pastizales, el control de las especies invasoras y las limitaciones al pastoreo, lo que fragmentó aún más los pastizales e impidió el libre acceso de los pastores y su ganado. La comunidad local se opuso a esto con el apoyo de las ONG y reclamó derechos amparados por la FRA. Sin embargo, el trámite de las reclamaciones continúa y la gobernanza del área permanece en manos del Estado.

La especie Prosopis juliflora se ha convertido en una parte integral de la economía en Banni. La comunidad local la utiliza para hacer carbón, producto muy demandado por parte de las industrias aledañas. En los últimos años, tanto las ONG como el Estado también han facilitado el desarrollo y la intensificación del turismo y de la industria de lácteos. Más recientemente, los habitantes de la zona han comenzado a cercar las parcelas agrícolas, lo que ha reducido aún más el área de terrenos comunales utilizados para el pastoreo. El mapeo de los cercamientos revela que, en el año 2013, 48,48 km2 ya estaban parcelados. Todos estos cambios han dado como resultado una disminución progresiva de la migración de los pastores.

 

Los bienes comunales estatales bajo privatización

La principal causa de la movilidad pastoril en Banni son las precipitaciones. Un monzón intenso o un verano severo conducen a una mayor migración. Sin embargo, las personas que viven en áreas más altas pueden escapar de las inundaciones y, por lo tanto, tienen formas de vida diversificadas. Esto a su vez fomenta la sedentarización a través de actividades como la agricultura. Si bien la agricultura es reciente, no todos en Banni quieren, o pueden, desarrollarla (figura 2). La población del oeste pasa la mayor parte de su tiempo migrando dentro y fuera de la zona debido al anegamiento o la falta de acceso a los pastos.

 

Imagen 2. Contraste de opiniones entre las tres regiones principales (oriental, central y occidental) de Banni sobre la agricultura en tierras privatizadas (n = 90). La pregunta dice: “¿Querría dedicarse a la agricultura si le dan terrenos?”. Autor: O. Thorat.

El lugar más alto de la jerarquía de poder local en Banni se ve reforzado por el acceso a buenas carreteras, a los pastos y al mercado. En sus intentos de acceder a estas áreas, otras comunidades que viajan al centro de Banni a menudo entran en conflicto con los grupos establecidos. Además de los pastos, deben compartir todos los recursos nuevos, como el carbón, los productos lácteos y el turismo.

La inseguridad en la tenencia de la tierra y el deseo de acceder a ella para cultivar forraje u otros productos han llevado a cercar parcelas. Al mismo tiempo, las ONG han insistido en revivir el pastoreo y eliminar los cercamientos para restablecer los derechos de los pastores en todas las praderas. Según estas ONG, alguna vez Banni fue un paisaje puramente pastoril y debe seguir siéndolo bajo formas de manejo “tradicionales”. Sin embargo, tal visión no se corresponde con la compleja realidad de los reclamos de tenencia de la tierra, de acceso al mercado y de infraestructura, esenciales para los pastores, que buscan un mayor acceso a esquemas estatales de mejora y a insumos externos, como forraje y agua, para aumentar sus ingresos y superar las deficiencias de la lluvia. El intento de concebir los pastizales como bienes comunales contrasta con intervenciones de desarrollo más poderosas, tales como el turismo, la intensificación de la industria láctea, el trabajo asalariado industrial o la presión para poseer tierra.

La idea de un regreso a los bienes comunales pastoriles debe tener en cuenta un panorama más completo que incluya: 1) el acceso no equitativo de los grupos pastoriles a los pastizales, distribuidos heterogéneamente; 2) el acceso a esquemas estatales de mejora que privilegian a los grupos sedentarizados; 3) la reciente diversificación de las formas de vida orientadas al turismo, las artesanías y el trabajo asalariado industrial, y 4) el acceso no equitativo a las tierras cultivables y a los mercados. Una atención más matizada a estos temas permitiría elaborar un enfoque más complejo del tema de los bienes comunes para el manejo pastoril.

 

Bibliografía

Adriansen, H. K., y T. T. Nielsen, 2005. “The geography of pastoral mobility: a spatio-temporal analysis of GPS data from Sahelian Senegal”. GeoJournal, 64 (3), pp. 177-188.

Augustine, D. J., y S. J., McNaughton, 2006. “Interactive effects of ungulate herbivores, soil fertility, and variable rainfall on ecosystem processes in a semi-arid savanna”. Ecosystems, 9 (8), pp. 1242-1256.

Bhattacharya, N., 1995. “Pastoralists in a colonial world”. En D. Arnold y R. Guha, Nature, culture, imperialism: essays on the environmental history of South Asia. Oxford University Press, pp. 49-85.

Brockington, D., 1999. “Conservation, displacement and livelihoods. The consequences of the eviction for pastoralists moved from the Mkomazi Game Reserve, Tanzania”. Nomadic Peoples, 3 (2), pp. 74-96.

Darkoh, M. B. K., 1998. “The nature, causes and consequences of desertification in the drylands of Africa”. Land Degradation & Development, 9 (1), pp. 1-20.

Fleischner, T. L., 1994. “Ecological costs of livestock grazing in western North America”. Conservation biology, 8 (3), pp. 629-644.

Fratkin, E., 2001. “East African pastoralism in transition: Maasai, Boran, and Rendille cases”. African Studies Review, 44 (3), pp. 1-25.

Fratkin, E. M., E. A. Roth y M. A. Nathan, 1999. “When nomads settle: the effects of commoditization, nutritional change, and formal education on Ariaal and Rendille pastoralists”. Current Anthropology, 40 (5), pp. 729-735.

Grell, H., M. Kirk, 1999. “The role of the donors in influencing property rights over pastoral resources in sub-Saharan Africa”. En N. McCarthy et al. (eds.), Property rights, risk and livestock development in Africa. Washington D.C., International Livestock Research Institute and International Food Policy Research Institute, pp. 55-85.

Jothimani, P., y J. Garg, 1992. “Mapping and monitoring of Rann (Tidal) ingress in Banni plains, Kachchh, Gujarat using multi-temporal satellite data”. Journal of the Indian Society of Remote Sensing, 20 (2-3), pp. 153-158.

Kerven, C., et al., 2006. “Fragmenting pastoral mobility: changing grazing patterns in post-Soviet Kazakhstan”. En D. J. Bedunah et al. (comps.), Rangelands of Central Asia: Proceedings of the Conference on Transformations, Issues, and Future Challenges. Salt Lake City, UT. Proceeding RMRS-P-39, pp. 99-110.

Koladiya, M. H., N. B. Gajera y V. Vijaykumar, 2013. “Status, diversity and distribution of avifauna in Banni grassland of Kachchh district”. International Journal of Research in BioSciences, 3, pp. 43-47.

Leach, M., y R. Mearns, 1998. The lie of the land: challenging received wisdom on the African environment. Environmental Values , 7 (4), pp. 481-482

Li, T. M., 2005. “Beyond ‘the state’ and failed schemes”. American Anthropologist, 107 (3), pp. 383-394.

Pasha, S. V., K. Satish, C. S. Reddy, P. P. Rao y C. Jha, 2014. “Satellite image based quantification of invasion and patch dynamics of mesquite (Prosopis juliflora) in Great Rann of Kachchh, Kachchh Biosphere Reserve, Gujarat, India”. Journal of Earth System Science, 123 (7), pp. 1481-1490.

Turner, M. D., 1999. “Spatial and temporal scaling of grazing impact on the species composition and productivity of Sahelian annual grasslands”. Journal of Arid Environments, 41 (3), pp. 277-297.

Turner, M. D., 2011. “The new pastoral development paradigm: engaging the realities of property institutions and livestock mobility in dryland Africa”. Society and Natural Resources, 24 (5), pp. 469-484.

Turner, M. D., y P. Hiernaux, 2008. “Changing access to labor, pastures, and knowledge: the extensification of grazing management in Sudano-Sahelian West Africa”. Human Ecology, 36 (1), pp. 59-80.

Weber, K. T., y S. Horst, 2011. “Desertification and livestock grazing: the roles of sedentarization, mobility and rest”. Pastoralism: Research, Policy and Practice, 1 (1), p. 19.

* Ashoka Trust for Research in the Ecology and the Environment (ATREE), India. Autor de correspondencia. E-mail: ovee.thorat@atree.org.

** Manipal Academy of Higher Education, India.

[1] Según el capítulo IV de la Ley de Bosques de la India de 1927, el Gobierno del Estado puede declarar Bosque Protegido cualquier terreno forestal o baldío que sea propiedad del Estado (o contenga algún producto forestal de titularidad estatal), aunque no esté incluido en un bosque reservado.

[2] Los autores prefieren no nombrar las ONG por razones de confidencialidad (Nota del equipo editorial).

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