Arpita Bisht [1]

Traducido por Joan Martínez Alier

 

Resumen

Este artículo se enfrenta a la falta de información sobre los abundantes conflictos ecológico-distributivos relacionados con el extractivismo de minerales en la India en los años recientes. El mineral de hierro es el metal más extraído en la India, y por tanto los conflictos en esta actividad son significativos. Aquí se analizan nueve conflictos importantes en distintos estados de la India. A partir de estos casos, se valoran las consecuencias del extractivismo predatorio en las fronteras de la extracción de recursos, así como sus impactos ambientales, sociales y culturales en las periferias del mineral de hierro.

 

Palabras clave: mineral de hierro, extractivismo, conflictos ecológico-distributivos, adivasis, India

 

Introducción

En el siglo pasado las fronteras de la extracción de minerales se expandieron a escala mundial. Ello llevó a la invasión y usurpación de espacios habitados por seres humanos, en particular en las economías no industrializadas. Un proceso que provocó notables resistencias y, en consecuencia, un aumento de los conflictos ecológico-distributivos (CED). Hoy se dan en la India pautas similares de creciente extracción, injusticias ambientales y CED, y los problemas del extractivismo se complican porque las regiones con depósitos de minerales suelen ser, a la vez, zonas cubiertas de bosques y muy pobladas por grupos marginados socialmente, incluidas las comunidades tribales (adivasis).

 

Así pues, el extractivismo produce impactos multidimensionales a muchas escalas, como la degradación de ecosistemas, la pérdida de lazos sociales y de culturas indígenas y la adopción de modos de vida ecológicamente insostenibles.

Entre los diferentes minerales metálicos, el hierro es el más explotado. La extracción se concentra en nueve estados, entre los cuales cinco (Odisha, Chhattisgarh, Jharkhand, Karnataka y Goa) abarcan el 90 % (Bisht y Gerber, 2017). Ahí están las fronteras del área de extracción del mineral de hierro, regiones de complejas interacciones sociopolíticas, ecológicas y culturales. Este artículo explora nueve casos importantes de resistencia contra el extractivismo del mineral de hierro; en la mayor parte de ellos está involucrada la población adivasi, los pueblos originarios.

 

Metodología

La metodología empleada para elaborar este artículo incluye investigación etnográfica y de archivo. Se ha recurrido a documentos de fuentes académicas y no académicas para analizar todos estos casos de conflicto. El trabajo etnográfico de campo se concentró en dos estados, Goa y Odisha, con observación participante, entrevistas con líderes tribales clave y otros de movimientos de protesta en Goa y Odisha.

 

Conflictos ecológico-distributivos (CED) contra la extracción de mineral de hierro en periferias extractivistas de la India

Se presentará un panorama general de nueve casos importantes de CED: su localización, los actores sociales, las causas principales de los conflictos y algunos resultados y consecuencias. (En el EJAtlas y otros trabajos citados en la bibliografía, hay descripciones más amplias de estos conflictos).

  1. Bellary, Karnataka. En Bellary, en el pico de la extracción, noventa y ocho de las ciento veinticuatro minas operativas estaban en áreas forestales y cubrían 9527 hectáreas de tierra de bosques. A causa del extractivismo ilegal y predatorio en esa zona, en 2012 la Corte Suprema prohibió todas las minas ilegales.
  2. Caurem, Goa. El cinturón de mineral de hierro de Goa cubre setecientos kilómetros cuadrados de los Ghats occidentales, una zona muy valiosa desde el punto de vista ecológico. Goa tiene solo un millón de habitante. La extracción ilegal aumentó hasta alcanzar 41,1 millones de toneladas (MT) en 2009. Se la prohibió en 2012 y se la volvió a tolerar en 2016 con topes de extracción.
  3. Dantewada, Chhattisgarh. Bailadila Hills, en el distrito de Dantewada, contiene uno de los mayores y mejores depósitos de mineral de hierro de la India. Las operaciones mineras han afectado a cincuenta y dos pueblos. Además de la contaminación sufrida, los bosques tienen un significado cultural para los adivasis. La minería es una forma de sacrilegio contra esa herencia cultural. El extractivismo también contribuye al conflicto en la región (con presencia naxalita y contrainsurgente), y la población rural local sufre violencia e intimidación (Bisht, 2017 [1]).
  4. Gadchiroli, Madhya Pradesh. De un total de doscientos setenta millones de toneladas de mineral de hierro en el estado de Maharashtra, Gadchiroli contiene ciento ochenta. En 2007, Lloyds Steel obtuvo permiso para iniciar la minería de hierro en Surajgarh Hills, Gadchiroli, un distrito de fuerte presencia adivasi. Esta región ahora está fuertemente militarizada. La resistencia social sigue activa a pesar de la represión estatal. Se centra en los temas de desposesión y desplazamiento, la pérdida de modos de vida culturales locales y el temor al aumento todavía mayor de la pobreza (Bisht, 2016 [2]).
  5. Keonjhar, Odisha. El distrito de Keonjhar fue el de mayor producción de mineral de hierro en la India. En su momento álgido, producía casi el 21 % del total de la India. Antes era un bosque denso con población adivasi. La minería se llevó a cabo sin permisos legales, y a causa de esto la Corte Suprema prohibió la explotación de casi todas las ciento veinte minas de Joda-Badbil-Koira en Keonjhar, según las indicaciones de la Comisión Shah en 2013, como había ocurrido en 2012 en Karnataka y Goa.
  6. Praksham, Andhra Pradesh. Praksham tiene depósitos de más de sesenta millones de toneladas de mineral de baja ley. En 2015 la Andhra Pradesh Mineral Development Corporation (APMDC) firmó un memorándum de intenciones con Gympex Limited para extraer el mineral en Praksham. En 2011 los habitantes locales boicotearon la audiencia pública organizada por las autoridades del distrito para obtener los permisos. Cientos de campesinos entonaron eslóganes y mostraron pancartas. La tensión aumentó y hubo encuentros con la policía, con un saldo de cuatro manifestantes heridos y uno muerto.
  7. Kanker, Chhattisgarh. Las minas Rowghat en el distrito de Kanker tienen una reserva estimada de casi 732 millones de toneladas. Los habitantes rurales, en buena parte adivasis, se oponen a su explotación por motivos ambientales, religiosos y de subsistencia. En 2014, tras varios años de brutal represión de la resistencia local contra la minería, se inició la construcción de la infraestructura. Finalmente, en 2015 empezó la extracción minera (Bisht, 2016 [3]).
  8. Singhbhum occidental, Jharkhand. Los densos bosques de Saranda en el distrito de Singhbhum occidental se extienden por 82.000 hectáreas. En 2016 ochenta y cinco compañías habían obtenido permisos para extraer mineral en esos bosques. La parte central de Saranda es el hogar ancestral de más de treinta y seis mil grupos tribales (hos y mundas) distribuidos en cincuenta y seis poblados, y es también un corredor de elefantes. Las protestas antimineras organizadas por adivasis se han sucedido durante años, pero las autoridades continúan aprobando propuestas de minería (Bisht, 2016 [4]).
  9. Tiruvannamalai, Tamil Nadu. En 2005 la Tamil Nadu Iron Ore Mining Corporation Ltd. (TIMCO) solicitó permiso para ocupar el Kavuthimalai Reserved Forest, un bosque de más de trescientas veinticinco hectáreas en el distrito de Tiruvannamalai. Tras cinco años de resistencia, en abril de 2015 la Corte Suprema de Chennai negó el permiso para llevar a cabo operaciones mineras. La decisión final todavía pende de la Corte Suprema de la India (Bisht, 2016 [5]).

 

El extractivismo predatorio en las periferias del mineral de hierro en la India

Los efectos del extractivismo predatorio en las periferias que proporcionan recursos minerales en la India pueden clasificarse en cuatro categorías generales.

  1. La degradación ecológica y la contaminación ambiental. Se trata de características inherentes al extractivismo de la minería de hierro, que requiere grandes extensiones. En la India muchas veces estas son bosques, con la consiguiente pérdida de fauna y flora. Los bosques de Saranda (Jharkhand), ricos en biodiversidad y un corredor de elefantes, son un ejemplo. Se trata de un inigualable bosque de sal (shorea robusta) bajo el cual hay mineral de hierro y manganeso. Decenas de miles de árboles serán destruidos. El activista Gladson Dungdung es el autor del conocido libro Mission Saranda: a war for natural resources in India.

Además de la destrucción de bosques, la minería produce una masiva contaminación del agua, el suelo y el aire por la propia minería y por el transporte del mineral, que afecta grandes extensiones. Eso tiene muchas implicaciones en cascada sobre la vida diaria y la subsistencia de los habitantes locales. Por ejemplo, en Dantewada, unos dos mil quinientos adivasis de cincuenta y cinco aldeas protestaron contra el permiso de ocupación del bosque para explotar la mina NDMC, por los riesgos que esta y las ocupaciones ya en marcha suponen para el ambiente y la salud humana. Según ellos, ya están afectadas 35.000 hectáreas alrededor de las minas ya explotadas. El líder de la protesta, Ramesh Samu, dijo: “Ya no vamos a tolerar esto más. Nuestros hijos se mueren por el agua contaminada, nuestros campos son estériles y el ganado también se muere. La minería debe pararse” (Kaushal, 2014).

 

Imagen 1. Mina totalmente mecanizada en Keonjhar, Odisha. Antes era una región de densos bosques y un corredor de elefante. Autor: Indrajeet Rajkhowa.

 

  1. La creciente miseria de las comunidades que dependen del ecosistema. El extractivismo suele crear más pobreza y nuevos tipos de pobreza, lo cual explica que surjan tantos CED en reacción. Los ecosistemas locales sirven de fuente de subsistencia para las poblaciones que tienen sus cultivos dentro de los bosques y que recogen productos de estos, no árboles para vender la madera, sino leña caída, hierbas medicinales, miel, etc., que venden en los mercados locales o les compra el Gobierno a precios mínimos garantizados. Esas fuentes de subsistencia directa y de ingresos monetarios desaparecen cuando la minería destruye los bosques. Por otra parte, la contaminación del suelo y del agua reduce la productividad agrícola.

 

Imagen 2. Contaminación de aguas superficiales cuesta abajo debido a la escorrentía de relaves durante los monzones. Autor: Indrajeet Rajkhowa.

 

  1. Cambios en las pautas de acceso a los servicios culturales de los ecosistemas. Los ecosistemas no solo proveen productos de subsistencia y de venta y otros servicios ambientales, sino que también proporcionan servicios culturales y estéticos. Eso es evidente en los miles de pequeños bosques sagrados con deidades locales protectoras presentes en toda la India. Como hemos visto, las minas de hierro (y no solo estas) coinciden con frecuencia con zonas de residencia de adivasis, y la degradación de ecosistemas afecta negativamente sus valores culturales y sus modos de vida. En Saranda, 36.000 integrantes de los grupos tribales hos y mundas habitan en el corazón del bosque desde tiempos ancestrales. El bosque es parte de sus prácticas espirituales y culturales. Por ejemplo, los hos deben enterrar a sus muertos debajo de los árboles de esos bosques. Un ho se quejaba así: “Espero que las compañías mineras dejen algunos bosques en pie para nuestras tumbas” (Bera, 2012).

 

Imagen 3. Cascadas sagradas en un dongar (montículo) de grafito en Netravali Wildlife Sanctuary, Goa. Autora: Arpita Bisht.

 

  1. Impactos sociales y políticos del extractivismo predatorio. En muchos casos la minería implica procesos sociales anticonstitucionales, que menoscaban la democracia e interrumpen la paz social. Un ejemplo pertinente es el de las minas de Rowghat en Kanker, Chhattisgarh, donde reinan la violencia y el miedo al menos desde 2011. La movilización antiminera ha sido reprimida brutalmente por la policía y los paramilitares. Los adivasi locales explican que las formas de intimidación y violencia incluyen detenciones arbitrarias, torturas y agresiones sexuales a las mujeres. Uno de los muchos episodios afectó a un líder del movimiento antiextractivista, Gawde, quien fue arrestado en enero de 2014 y encarcelado sin juicio casi durante un año, antes de ser condenado a siete años de prisión por una corte local (Kumar, 2016).

 

Conclusión

El extractivismo de mineral de hierro en la India presenta rasgos depredadores. Se lleva a cabo en un contexto de abuso de poder, militarización, violencia, subversión de derechos constitucionales, uso de métodos no democráticos para alcanzar o imponer consensos, pérdida de ingresos fiscales y violaciones de derechos humanos. Sin embargo, los pueblos originarios (adivasi), con apoyo de otros grupos, han adoptado un rol protagónico en la oposición a la demanda de mineral de hierro por parte de la pujante y creciente industria siderúrgica de la India. Los proyectos se paran, ya sea por intervención de las Cortes contra la corrupción en la asignación de concesiones mineras, ya sea por la acción local de resistencia en defensa de los bosques y de la subsistencia de las poblaciones locales.

La movilización social, incluso cuando ha fracasado en su intento de parar los proyectos, ha sido una herramienta poderosa para sacar tales injusticias socioambientales a la luz pública y presentarlas a los ojos del Gobierno. A veces ha conseguido retrasar, más que impedir, la expansión de las fronteras extractivas. Esas resistencias contra el extractivismo predatorio y los temas que sacan a la luz quitan toda su fuerza a la justificación del extractivismo en términos del interés nacional, el desarrollo local y la mejora de los indicadores de desarrollo humano.

 

Bibliografía

Bera, S., 2012. “Between maoists and mines”. Down to Earth (abril). Disponible en: http://www.downtoearth.org.in/coverage/between-maoists-and-mines-37964, consultado el 22 de marzo de 2018.

Bisht, A., y J. F. Gerber, 2017. “Ecological distribution conflicts (EDCs) over mineral extractivism in India: An overview”. Extractive Industries and Societies, 4 (3), pp. 548-563.

Kaushal, P., 2014. “Dantewada tribals say no to polluting mine”. Tehelka (junio). Disponible en: http://www.tehelka.com/2014/05/dantewada-tribals-say-no-to-polluting-mine/#, consultado el 22 de marzo de 2018.

Kumar, R., 2016. “In Chhattisgarh, mining interests and tribal rights on a collision course”. Scroll.in (febrero). Disponible en: http://scroll.in/article/802590/in-chhattisgarh-mining-interests-and-tribal-rights-on-a-collision-course, consultado el 22 de marzo de 2018.

Fichas del EJAtlas (www.ejatlas.org), todas ellas consultadas el 22 de marzo de 2018.

  1. Bisht, 2017. “Iron ore mining in Dantewada, Chhattisgarh, India”. EJAtlas (enero). Disponible en: https://ejatlas.org/conflict/iron-ore-mining-in-dantewada-jharkhand.
  2. Bisht, 2016. “Llyods Steel iron ore mine in Gadchiroli, MH, India”. EJAtlas (diciembre). Disponible en: https://ejatlas.org/conflict/lloyds-steel-iron-ore-mine-gadchiroli-maharashtra.
  3. Bisht, 2016. “Rowghat iron ore mines, GC, India”. EJAtlas (diciembre). Disponible en: https://ejatlas.org/conflict/rowghat-iron-ore-mines-chhattisgarh-india.
  4. Bisht, 2016. “Iron ore mining in Saranda forest, JH, India”. EJAtlas (diciembre). Disponible en: https://ejatlas.org/conflict/iron-ore-mining-in-sanranda-forest-jharkhand.

Bisht, 2016. “Kavuthi-Vediyappan Hills, Tamil Nadu, India”. EJAtlas (diciembre). Disponible en: https://ejatlas.org/conflict/kavuthi-vediyappan-hills-tamil-nadu-india.

[1] TERI School of Advanced Studies, Nueva Delhi. E-mail: arpitabisht1990@gmail.com.

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