Emma Alari Pahissa[*]

 

En el verano de 2014 en las calles de la Barceloneta, «el barrio de la playa» de la metrópolis barcelonesa, irrumpe una gran movilización vecinal[1] contra la masificación turística, bajo el lema «La Barceloneta no es ven» («La Barceloneta no se vende»), con el objetivo de acabar con la proliferación de apartamentos turísticos en los minúsculos pisos característicos de este barrio popular, de tradición pescadora, portuaria y obrera, hoy ya muy terciarizado. La presión turística en la Barceloneta se ha disparado en los últimos años: los hogares son sustituidos por lucrativos apartamentos, y las tiendas del día a día ceden el paso al comercio orientado al turismo. Además, esta península viene siendo objeto de una intensa especulación inmobiliaria: el precio del metro cuadrado es de los más caros de la ciudad y apenas ha bajado desde el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008.

A raíz de los Juegos Olímpicos de 1992, que pusieron a Barcelona en el mapa de ciudades globales, se efectúan en el perímetro del barrio importantes transformaciones urbanísticas «para abrir la ciudad al mar», como la demolición de los históricos tinglados del puerto, de los antiguos establecimientos de baños y de los populares «merenderos» (chiringuitos). Estas destrucciones y «aperturas» fueron sucedidas por otras construcciones y cercamientos, como la mole de cien metros de alto del Hotel Vela –inaugurado en 2009 y erigido en terrenos de dominio público y al borde del mar, a pesar de la Ley de Costas –, y la marina de lujo para megayates – «a World Class Superyacht Marina in a World Class City», reza la propaganda de Marina Port Vell[2].

Este frenesí urbanístico de destrucción y construcción es característico de la lógica espacial de la neoliberalización (Franquesa, 2007) o, en otras palabras, responde a una estrategia especulativa de acumulación de capital que rompe tejidos de vida urbana. La lógica del capital exige un crecimiento exponencial sin fin, implica un metabolismo voraz que trata los espacios, sean urbanos o naturales, como lotes a explotar para la extracción de rentas privadas, a costa de la riqueza común (acumulación por desposesión). La ofensiva mercantilizadora se intensifica y se extiende a todos los ámbitos de la vida a los que tiene acceso, desde los territorios y los cuerpos, hasta los saberes y la cultura. En palabras de David Harvey (2014: 255), «La infinita y cada vez más absurda acumulación exponencial de capital se ve acompañada de una infinita y cada vez más absurda invasión del mundo de vida por la ecología del capital».

Barcelona es un claro exponente de lo que podemos llamar extractivismo inmobiliario, urbanístico y turístico[3]. La ciudad es explotada como si no tuviera límites, con un imperativo de crecimiento insostenible. Para el Ayuntamiento y Turismo de Barcelona S.A. cada año hay que traer más turistas, abrir más terminales de cruceros y construir más hoteles. La ciudad es puesta al servicio de las oligarquías locales y transnacionales mediante un modelo de gobernanza público-privada, donde el interés público queda supeditado al negocio privado. Como se afirma en la propia web del Ayuntamiento en una sección dedicada a la atracción de inversores, los «proyectos para el crecimiento económico de la ciudad se impulsan con un modelo de colaboración público-privada donde todos ganan (win-win)»[4]. ¿Hace falta aclarar que unos pocos ganan muchísimo a costa de la precariedad de la mayoría? ¿Hace falta dar cifras de recortes, desahucios, despidos, privatizaciones, o suicidios? Como dice Bauman (2005), nadie planifica las víctimas colaterales del «progreso económico». Buena muestra de ello es que el Ayuntamiento de Barcelona ni siquiera lleva un inventario de los miles de expropiaciones y realojos que viene haciendo como «daño colateral» de sus planes urbanísticos (Masala, 2013).

La Carteloneta, “carta de los vecinos y vecinas de la Barceloneta”, fruto de un taller de mapeo colectivo

La Carteloneta, “carta de los vecinos y vecinas de la Barceloneta”, fruto de un taller de mapeo colectivo

En el centro histórico de Barcelona, la alianza entre el poder político y el poder económico es encarnada desde 1988 por Foment de Ciutat Vella S.A. (Focivesa, antes Procivesa), entidad donde Ayuntamiento, Diputación de Barcelona y Generalitat de Catalunya han compartido consejo de administración con Caixa Bank, Catalunya Caixa, BBVA y Telefónica (Masala, 2013 y 2014). Este entramado es el impulsor de los planes urbanísticos en el distrito de Ciutat Vella. Ante las reivindicaciones que surgen en las zonas afectadas, el Ayuntamiento ha concedido un estrecho margen para la participación ciudadana, pero en la práctica, y salvo alguna excepción, los vecinos no son considerados como sujetos capaces y con derecho a deliberar y decidir colectivamente sobre aquello que afecta el lugar que habitan. Según la Administración, el objetivo del planeamiento es «la mejora del barrio», y si los vecinos no están de acuerdo es porque no lo entienden. Esta fue la opinión expresada por el regidor de Ciutat Vella Carles Martí ante la resistencia levantada a partir de 2006 en el barrio de la Barceloneta frente al anuncio de la «Modificación del Plan General Metropolitano en la regulación de la edificación tradicional de la Barceloneta para la mejora de su accesibilidad vertical», conocido como «plan de los ascensores» y aprobado en mayo de 2007 en medio de una intensa oposición vecinal.

El «plan de los ascensores» implicaba la eliminación de hasta 1500 viviendas para hacer sitio al hueco del ascensor, ya que en el 83% de los edificios de la Barceloneta no cabe. Se harían fusiones de entre dos y seis edificios en una sola finca, compartiendo un mismo ascensor. Los inquilinos, mayoritarios en la Barceloneta, no tenían ni voz ni voto, y la implementación del plan quedaba en manos de los propietarios verticales y las promotoras inmobiliarias. De aplicarse, el plan conllevaría la expulsión de vecinos, derribos por doquier, y alimentaría las dinámicas de especulación y gentrificación del barrio.

Frente a este plan del poder, que bien podríamos calificar de barriofágico [5], se articuló a partir de 2006 la Plataforma en Defensa de la Barceloneta, donde confluyeron la recién creada Asociación de vecinos y vecinas de la Ostia [6] (alternativa a la asociación histórica, que había dejado de hacer oposición al Ayuntamiento), otras vecinas con más o menos tiempo viviendo en el barrio, y miembros del colectivo okupa Miles de Viviendas [7], aterrizado en la Barceloneta en noviembre de 2004. Los lemas «Es nuestro barrio, no un pastel inmobiliario», «Cap pla sense els veïns, cap veí fora del barri» («Ningún plan sin los vecinos, ningún vecino fuera del barrio») y «Tenemos derecho a la Barceloneta» sintetizan la orientación y el objetivo fundamental del movimiento. Las herramientas de lucha desplegadas en todos estos años han sido muy variadas (asambleas semanales, puntos de información en la plaza del mercado, manifestaciones, charlas, jornadas, materiales de difusión, múltiples canales de comunicación digital, etcétera.). De entre todo el repertorio, en este artículo nos detendremos en tres contracartografías de la Barceloneta creadas al calor del movimiento en defensa del barrio: la Carteloneta, la Geografia Esborrada de la Barceloneta y la Memòria Cooperativa de la Barceloneta.

Contracartografías: reclamando otras historias y otras geografías frente a los planes del poder

«Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes y mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia aparece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas.»
Rodolfo Walsh

La Carteloneta, parte externa del tríptico

La Carteloneta, parte externa del tríptico

La Carteloneta es un mapa-carta de la Barceloneta realizado por el dúo argentino Iconoclasistas [8] junto a vecinos y vecinas y otras participantes de un taller de mapeo colectivo, organizado en mayo de 2009 en el marco de las Jornadas Krax-City mine(d) «Out of control. Poder de transformar, poder de crear». El documento visualizó de modo muy claro y didáctico en qué consistiría la aplicación del «plan de los ascensores», cuyo desciframiento y denuncia no había sido nada fácil (teníamos que aclarar continuamente que no estábamos en contra de los ascensores, sino contra la destrucción de viviendas, la expulsión de vecinos y la decisión en manos de los propietarios verticales). Además, la Carteloneta incluía un mapa con iconos que localizaban cosas que queríamos (como equipamientos o vivienda social) y otras que rechazábamos (como apartamentos turísticos, desaparición de pequeños comercios…). Una carta de presentación, de vecina a vecina, también se posicionaba en este sentido e invitaba a informarse e implicarse. Se imprimieron y repartieron cientos de copias en distintas ocasiones. Sin duda la Carteloneta contribuyó, junto a otras herramientas, a la anulación en 2008 del «plan de los ascensores», que quedó políticamente paralizado, aunque legalmente vigente.

Portada de la Geografia Esborrada de la Barceloneta

Portada de la Geografia Esborrada de la Barceloneta

La Geografia Esborrada de la Barceloneta [9] nació en el contexto de la lucha vecinal en defensa de un barrio popular amenazado por la violencia inmobiliaria y urbanística. El proyecto, colaborativo y totalmente autogestionado, consistía en una cartografía visual y sonora para «refrescar la memoria» de lugares emblemáticos del barrio, espacios de sociabilidad popular, la mayoría de los cuales habían sido borrados del mapa en el pasado reciente [10]. Un mapa melancólico que invitaba a recordar lo perdido, lo arrasado, justamente para defender y cuidar lo que aún tenemos. Este compromiso de la memoria con las luchas del presente se ponía de manifiesto en el tour de la Geografia Esborrada celebrado en marzo de 2008 en el marco de las Jornadas de Participación Vecinal Autoorganizada «La Barceloneta habla y decide» (dedicadas al análisis, desmontaje y contrapropuesta al «plan de los ascensores»), o en el tour realizado contra el desalojo del centro social okupado Miles de Viviendas (derribado en junio de 2007).

La Geografia Esborrada tenía varios formatos de uso: un mapa y un audio-tour descargables en la web, para itinerarios por libre, y también tours colectivos presentados con un vestuario y atrezo hechos especialmente para la ocasión, que evocaban, entre lo entrañable y lo irónico, los motivos marineros del barrio. El mapa señalaba y explicaba nueve localizaciones y apuntaba seis más, quedando abierto vía web a la incorporación de otros lugares borrados; también fue publicado como póster desplegable en el periódico Masala. Una impresión de gran formato está presente desde hace años, junto a la de la Carteloneta, en los puestos de información de la plaza del mercado y otros eventos de la asamblea de vecinas de la Ostia. Ambos mapas constituyen herramientas que acompañan la lucha y que se complementan entre sí: el mapa de la memoria (y lo retrospectivo no deja de ser prospectivo), y el mapa del presente, esbozando juntas el porvenir.

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Uno de los plafones de la exposición Memòria Cooperativa de la Barceloneta

La Memòria Cooperativa de la Barceloneta. En el Estado español cuarenta años de dictadura franquista y cuarenta más de «cultura de la Transición» – con su continuismo institucional y su olvido organizado (Gelman, 2008) [11]– nos separan de las luchas obreras anteriores a 1939. Toda una constelación de asociaciones obreras (sindicatos, ateneos, escuelas libres, cooperativas de consumo y de producción, etc.) articulaban la vida cotidiana en los barrios proletarios. La investigación y divulgación llevada a cabo desde 2009 por La Ciutat Invisible [12] ha mostrado el importante papel que desempeñaron las cooperativas de consumo como espacios de autogestión colectiva de las necesidades comunes: partían de asegurar una alimentación mejor y más asequible, saltándose a los intermediarios, pero se ocuparon también de la previsión social, la educación, la salud, la cultura, el ocio y la vivienda. El horizonte era la cooperativización de todas las actividades económicas, hasta llegar a superar por completo las relaciones sociales capitalistas.

En estos tiempos de vidas precarizadas la atomización se quiebra y (re)aprendemos a organizarnos en primera persona del plural. Aquí y allá aparecen cooperativas de consumo, de trabajo, de energía, de crédito, espacios de encuentro autogestionados, antiguos edificios de cooperativas recuperados para su uso comunitario, y horizontes de barrios cooperativos y ciudades comunes. El proyecto de Memòria Cooperativa de la Barceloneta [13] va en este rumbo. Es un grupo de investigación surgido a raíz de una campaña de la Asociación de vecinos y vecinas de la Ostia reclamando para el barrio el edificio de la antigua Cooperativa Obrera y Popular El Siglo XX. Esta fue fundada en 1901 y levantada con el esfuerzo mancomunado de familias obreras durante generaciones, pero cayó en manos privadas y es carne de abandono y especulación desde los años noventa. Por el camino, se ha arrancado del olvido la historia de las cooperativas barcelonetinas, gracias a los archivos conservados y a los testimonios orales. La investigación se ha materializado en una web [14] (que incluye un mapa de las cooperativas del barrio, una selección de imágenes documentales y varios clips audiovisuales), una exposición, un libro en preparación y múltiples presentaciones y rutas. Todo esto con el doble objetivo de recuperar el edificio del Siglo XX como espacio comunitario autogestionado, y de devolver al barrio la memoria de sus luchas pasadas, como herramienta para las del presente: es lo que Xavier Domènech llamó «la memoria del futuro».

A modo de conclusión

Frente a los planes delineados e impuestos desde arriba se contraponen, desde el barrio vivido, mapeos colectivos de las necesidades, deseos, memorias y espacios que compartimos. Estas barriografías contribuyen a tejer un imaginario empoderador y transformador del barrio como bien común para ser vivido, amado, defendido y construido por sus vecinos y vecinas, frente al modelo hegemónico de extractivismo inmobiliario, urbanístico y turístico. Se trata de una oposición entre el mercado y la vida, tal y como expresan elocuentemente los lemas «La Barceloneta no se vende» y «Queremos vivir en la Barceloneta».

Referencias

Bauman, Z. (2005) Vidas desperdiciadas. La modernidad y sus parias. Buenos Aires: Paidós.

El Diario.es (2014) «Marina Garcés, la enmienda filosófica al modelo Marca Barcelona», 17 de julio, http://eldiario.es/catalunya/Marina-Garces-filosofica-Marca-Barcelona_0_282072665.html, consultado el 5 de octubre de 2014.

El País (2014) «Antifraude vincula la Marina Port Vell al blanqueo de capitales», 11 de noviembre, http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/11/11/catalunya/1415739975_756896.html, consultado el 11 de noviembre de 2014.

Franquesa, J. (2007) «Vaciar y llenar o la lógica espacial de la neoliberalización», Revista española de investigaciones sociológicas, núm.118, p.123-152.

Gelman, J. (2008) «El imperativo moral de la memoria colectiva», conferencia en el Primer Encuentro Internacional de Memoria Histórica, Universidad de Salamanca.

Harvey, D. (2014) Diecisiete contradicciones y el fin del capitalismo. Quito: Editorial IAEN.

Masala (2013) «Un milió d’euros per als accionistes privats de Focivesa», núm.65, enero-febrero, http://masala.cat/un-milio-deuros-de-beneficis-per-als-accionistes-privats-de-focivesa/, consultado el 7 de octubre de 2014.

Masala (2014) «Política, poder y empresa en Ciutat Vella. Del urbanismo de zafarrancho al urbanismo de compra- venta», núm.70, marzo-abril, http://masala.cat/del-urbanismo-de-zafarrancho-al-urbanismo-de-compra-venta/, consultado el 7 de octubre de 2014.

Miró, I. y Dalmau, M. (2010) Les cooperatives obreres de Sants. Autogestió proletària en un barri de Barcelona (1870-1939). Barcelona: La Ciutat Invisible Edicions.

Taller v.i.u. (2006) El cielo está enladrillado. Entre el mobbing y la violencia inmobiliaria y urbanística. Barcelona: Bellaterra.

Más información
http://iconoclasistas.net
http://labarcelonetarebel.org
http://memoriacooperativa.labarcelonetarebel.org
http://geografiaesborrada.net
http://masala.cat
http://la-ultima-calle.com/
http://elbarrishadedefensar.info/
http://sants.coop
http://www.ub.edu/geocrit/coloquio2014/Muna Makhlouf De la Garza.pdf

[*] Emma Alari Pahissa (emma.alari@gmail.com), Associació de veïns i veïnes de l’Òstia / Plataforma en Defensa de la Barcelo­neta, Memòria Obrera de la Barceloneta (MOB), Observatori d’Antropologia del Conflicte Urbà de la Universitat de Barce­lona (OACU-UB).

[1] Esta movilización ha fraguado en el nuevo movimiento veci­nal («La Barceloneta diu prou»). En este artículo nos ocupamos de un movimiento anterior, protagonizado por la Asociación de vecinos y vecinas de la Ostia y la Plataforma en Defensa de la Barceloneta. Estas dos entidades, que de hecho son un mismo colectivo asambleario, han confluido parcialmente en el nuevo movimiento, pero sin ánimo de protagonizarlo.

[2] Salamanca Group, fondo británico de inversión de capital de riesgo, obtuvo la concesión de la marina en 2010, operación que la Oficina Antifraude de Cataluña ha denunciado como una maniobra de blanqueo de capitales (El País, 2014).

[3] El término extractivismo turístico lo ha acuñado Marina Garcés (ElDiario.es, 2014). Afín a este concepto es uno de los lemas del movimiento vecinal de la Barceloneta: «No queremos ser un monocultivo turístico».

[4] http://w42.bcn.cat/web/es/per-que-barcelona/10-Raons-per-in­vertir-a-Barcelona/index.jsp, consultado el 7 de octubre de 2014.

[5] De barrio y antropofagia: palabra de cosecha propia, inspirada en el concepto de barricidio interminable acuñado por el perió­dico Masala (2014).

[6] El barrio de la Barceloneta es conocido popularmente como La Ostia. El germen de la Asociación de vecinos y vecinas de la Ostia, creada en 2005 y liderada por Emilia Llorca, fue la Co­misión de Fiestas de la calle Pescadors. Para más información: http://la-ultima-calle.com

[7] Miles de Viviendas (2003-2007) fue un colectivo para el antagonismo político, desde el que hacer frente activamente al modelo de ciudad, cuestionando la mercantilización de la vivienda, la privatización de los espacios públicos y de la cul­tura y la precarización de la vida. En su seno surgió el Taller contra la Violencia Inmobiliaria y Urbanística, antecedente del movimiento VdeVivienda, que a su vez dio lugar a la PAH (Pla­taforma de Afectados por la Hipoteca). El concepto acuñado de violencia inmobiliaria y urbanística engloba fenómenos diversos pero con una causa de fondo común, como son la especulación, el mobbing, la gentrificación, los desahucios, el precio de alqui­leres e hipotecas, los planes urbanísticos impuestos, el frenesí urbanizador, la tematización y turistización del espacio urbano, etc. Ver Taller V.I.U., 2006.

[8] http://iconoclasistas.net. Ver su artículo en este mismo nú­mero de Ecología Política.

[9] http://geografiaesborrada.wordpress.com

[10] El proyecto fue una iniciativa de Marina Monsonís, nacida en la Barceloneta, junto a las compañeras del colectivo Miles de Viviendas Emily Piper Forman y Aviv Kruglansky, y con muchas otras colaboradoras. Actualmente está en preparación otro proyecto afín, Tornar al Lloc: http://tornarallloc.wordpress.com

[11] Juan Gelman (2008): «Desaparecen los dictadores de la es­cena y aparecen inmediatamente los organizadores del olvido».

[12] Cooperativa autogestionaria del barrio de Sants de Barce­lona, divulgadora del cooperativismo histórico e impulsora del proyecto Sants Barri Cooperatiu, entre otras iniciativas. Ver: Miró y Dalmau (2010); http://sants.coop

[13] Actualmente mutando a Memòria Obrera de la Barceloneta (MOB), para abarcar no sólo a las cooperativas sino al conjunto de entidades obreras que poblaban el barrio.

[14] http://memoriacooperativa.labarcelonetarebel.org

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