Acumulación por desposesión en Río Negro. Lecciones del falso debate empleo/ambiente en relación a la planta de celulosa sobre el río Uruguay*

Carlos Santos**

 

En los últimos cinco años el departamento de Río Negro, al oeste de Uruguay, fue el centro del conflicto binacional por la instalación de una planta de celulosa, que enfrentó a los dos países del Río de la Plata y cobró dimensiones internacionales, llegando al Tribunal Internacional de Justicia de La Haya. El conflicto estuvo centrado en la falsa oposición empleo/ambiente y los datos que analizamos en este artículo ponen en evidencia que la construcción de los discursos públicos en esta discusión ocultaron procesos sociales de fondo que tuvieron -y tienen- graves impactos tanto sobre el empleo como sobre el ambiente. A la degradación ambiental que genera el agronegocio se le agregan los recientes datos sobre desempleo: este departamento registra el doble del desempleo del resto del país.

El departamento de Río Negro tiene una larga historia de usos productivos, que podríamos rastrear desde la ocupación estacional para la caza, la pesca y la recolección en los tiempos anteriores a la conquista hasta la reciente creciente intensificación de la agricultura. Fue en este departamento, precisamente, dio inicio el proceso de colonización europea de este territorio —a comienzos del siglo XVII— con la introducción del ganado vacuno, que ocuparía el territorio al norte del Río Negro antes que los propios colonizadores europeos.

A nivel del departamento de Río Negro, el proceso de consolidación del modelo productivo agroexportador condujo a la concentración de la propiedad de la tierra y al desplazamiento de los pequeños productores agropecuarios (en general, de carácter familiar, algunos propietarios otros arrendatarios) desde el medio rural a las pequeñas ciudades.

En términos de evolución de la población, en el año 1956 el departamento de Río Negro tenía una población rural de 14.729 personas, mientras que en 1966 ascendía a 10.640. En ese mismo período se redujo a la mitad el número de trabajadores rurales, pasando de un promedio de 6 trabajadores por predio en 1956 a 3,2 trabajadores por predio en 1966 (Nuestra Tierra, 1970). De acuerdo al censo de 1963, la población rural representaba el 34,4% de la población del departamento, mientras en 2004 representaba el 12,5% (INE, 2004).

EL PROTAGONISMO DEL AGRONEGOCIO

Río Negro ha sido uno de los departamentos del Uruguay donde se ha registrado un de mayor avance de la frontera agrícola, sobre todo ante la consolidación del agronegocio como actor fundamental en la producción agrícola: el agronegocio supone una superación de la visión de la producción agrícola acotada a la explotación, postulando la integración horizontal y vertical de la producción agrícola e industrial, para lo cual es necesario superar también la idea de las fronteras nacionales (Hernández, 2009).

El departamento tiene una intensa producción agrícola y forestal (ya que la ganadería ha ido cediendo paso a estas otras producciones). En este proceso, la principal transformación ha sido la transnacionalización de la producción agrícola con la emergencia de grandes empresas que compran tierras (en el caso de la forestación) o las arriendan (en el caso de la soja) en grandes extensiones, aplicando paquetes tecnológicos «de diseño», cuyo ejemplo paradigmático es el de la soja transgénica rr y el glifosato(1) de la mano de la siembra directa, la combinación de una semilla de laboratorio que es resistente a un herbicida específico, ambos producidos por la misma empresa transnacional (en este caso la empresa Monsanto, cuya expresión rioplatense es la empresa Nidera).

Trabajando con información relativa a todo el departamento de Río Negro,(2) se puede ver claramente el aumento de la superficie destinada a la producción forestal (eucalyptus y pino). Mientras entre 1975 y 1989 la superficie departamental destinada a esta producción era de 3.494 hectáreas, en 2008 la superficie total forestada llegaba a 104.217 hectáreas.(3)

En lo que respecta a los actores de este proceso de expansión, dos empresas concentran la mayor cantidad de superficie: Forestal Oriental (propiedad de los capitales finlandeses que también son dueños de la Planta de Celulosa de UPM/Botnia en la ciudad de Fray Bentos, capital de Río Negro) y Montes del Plata (denominada EUFORES hasta el año 2009, época en la que fue propiedad de la española ENCE, desde entonces ha pasado a manos de una asociación entre la chilena Arauco y la sueco-finlandesa Stora Enso). En lo que respecta a la producción de soja la superficie cultivada en el departamento de Río Negro prácticamente se ha triplicado desde la zafra 2003/2004 (55.218 hectáreas) a la zafra 2009/2010 (151.812 hectáreas).4 Las empresas que ha tenido una mayor proyección en la producción sojera en el litoral oeste de Uruguay son las empresas de capitales argentinos El Tejar y Agronegocios Del Plata (Oyhantçabal & Narbondo, 2009). En este caso, además del aumento de la superficie cultivada ha sido significativo el cambio en la relación entre cultivos de invierno y cultivos de verano y una disminución de la rotación agricultura/ganadería, en favor de una secuencia agricultura/agricultura, lo que tendencialmente permite preveer una especialización agrícola de la zona. Este proceso a su vez se refleja en la tenencia y de control de la tierra.

LA CONCENTRACIÓN DE LA TIERRA A TRAVÉS DEL MERCADO

Entre el año 2000 y el 2009 se registraron 948 operaciones de compra-venta de tierras en el departamento de Río Negro, lo que implica que una superficie acumulada de 486.057 hectáreas cambió de dueño en ese período, lo que es equivalente a un 52% de la superficie total del departamento. Por otra parte, en lo que tiene que ver con el valor, el promedio de la venta de tierras en el año 2000 para el departamento de Río Negro era de 577 dólares americanos, mientras que en 2009 ese promedio superó los 3.000 dó- lares. En términos del monto total, Río Negro sumó 647 millones de dólares por venta de tierras, siendo el departamento del país que registró el mayor monto por venta de tierras agropecuarias en todo el país en ese período.

Río Negro (junto con Paysandú y Cerro Largo) fue de los departamentos que concentró la adquisición de tierras por parte de compradores extranjeros cuya nacionalidad se desconoce y por parte de sociedades anónimas en el período comprendido entre 2000 y 2007 (DIEA, 2008).

Con respecto a los arrendamientos (que en el departamento de Río Negro puede asumirse que prácticamente la totalidad están destinados a cultivos de secano y, entre ellos, principalmente a la soja) entre 2000 y 2009 se registraron 544 contratos, que afectaron una superficie de 401.521 hectáreas, por más de 33 millones de dólares. Esta superficie acumulada de arrendamientos equivale a un 42% de la superficie departamental. Como se puede apreciar, estos no son apenas cambios productivos, sino que afectan la estructura agraria del país, y profundamente la del departamento de Río Negro.

AGRONEGOCIO, DESIGUALDADES SOCIALES Y AMBIENTE

A partir de la intensificación y la transformación de la producción agrícola ha habido un proceso de concentración de población en los centros urbanos en detrimento de la población rural, que ha migrado a los centros urbanos transformando sus dinámicas de reproducción social. En muchos casos, trabajadores rurales provenientes de la ganadería o la agricultura han adaptado sus dinámicas a la realización de actividades extractivas, como la pesca, la recolección o la caza, o la especialización en actividades productivas antes practicadas marginalmente, como la apicultura.

La intensificación de la producción agrícola y su impacto directo en el precio de la tierra (tanto en la venta como en el arrendamiento) ha tenido una incidencia directa en las formas de subsistencia de estos amplios sectores de las pequeñas localidades urbanas, al tiempo que ha implicado profundos cambios en el mundo del trabajo rural. Las transformaciones productivas de los últimos 10 años han generado un desplazamiento de la mano de obra tradicionalmente rural (peones de baja calificación) a estas pequeñas localidades, donde han basado su subsistencia en actividades de caza, pesca y recolección. Esto ha implicado un claro aumento en la presión sobre los recursos naturales, ya que ha aumentado la cantidad de personas que subsisten en relación a estas actividades.

La intensificación de la producción agrícola ha generado un aumento en el uso de agrotóxicos, lo que ha tenido su consecuente impacto ambiental, precisamente en relación a las actividades que realizan estos sectores, básicamente en lo que tiene que ver con la pesca y la apicultura (incluimos en esta amplia denominación no sólo la producción de miel con destino a la comercialización, sino a la captura de enjambres, tarea que podría colocarse en el inicio de la cadena productiva de la apicultora, con la recolección de enjambres silvestres para destinarlos a la producción).

Un reciente estudio de la organización Vida Silvestre(5) a lo largo del año 2009, detectó «la presencia de residuos de plaguicidas altamente tóxicos en peces de valor comercial y consumidos a nivel local» (Vida Silvestre, 2010; 6) como tarariras, bagres, sábalos y bogas. Con respecto a la agricultura, el estudio constató que «los insecticidas utilizados en los sistemas agrícolas estudiados, tiene un elevado impacto sobre la apicultura, generando entre otras cosas, una clara disminución de la producción de miel» (Vida Silvestre, 2010; 6). Dentro de los insecticidas encontrados, los niveles más preocupantes corresponden a un producto conocido como Endosulfán, insecticida que ha sido prohibido en más de 50 países (incluyendo toda la Unión Europea).(6)

En lo que respecta a los momentos en que se registraron mortandades masiva de peces y abejas, el estudio permitió constatar «altas concentraciones» de plaguicidas, así como en «suelos productivos tiempo después de su aplicación (hasta 3 años en suelos de uso forestal y un año después en suelo de uso sojero) y su presencia en suelos de ambientes naturales, incluyendo el área protegida»(Vida Silvestre, 2010; 6).

CELULOSA, EMPLEO Y OPINIÓN PÚBLICA

Los principales fundamentos puestos en juego para fundamentar la instalación de la planta de producción de pasta celulosa de Botnia/UPM en la ciudad de Fray Bentos en Río Negro era la generación de empleo. Las críticas ambientalistas desde ambas márgenes del Río Uruguay a la contaminación generada por la planta quedaron subordinadas a la necesidad de generación de empleo, una de las más sentidas demandas sociales en un país como Uruguay que sufrió una fuerte crisis socioeconómica en los años 2001 y 2002.

El análisis de los últimos datos oficiales en relación al empleo permiten sostener que la oposición empleo/ambiente fue una falsa oposición. Uruguay ha logrado una importante recuperación económica y los niveles actuales de desempleo son de los más bajos en la historia del país: 6,2% según la última estimación del Instituto Nacional de Estadística, cuando en 2002 y 2003 se mantuvo en el orden del 17%.

Esta baja en los índices de desempleo que se viene procesando desde el año 2006 no se ha procesado de la misma manera en el departamento de Río Negro: mientras en 2006 Río Negro tenía un desempleo del 14,1%, el 2010 comenzó con un valor de 13,1% mientras que la medición más reciente (mayo-agosto 2010) indica que el desempleo en este departamento se encuentra en un 11,5%, lo que si bien indica una tendencia a la baja, ubica este valor al doble del resto del país.

Mientras la opinión pública, dirigente políticos, sindicalistas y ambientalistas de Uruguay y Argentina discutían Botnia Sí o Botnia No, contraponiendo calidad ambiental y generación de empleo, los datos muestras que el modelo de desarrollo genera, a escala de un departamento, impacto social y degradación ambiental. La expectativa de la construcción de la planta con una de las mayores inversiones en la historia del país y los anuncios de generación de 8.000 puestos de trabajo generó una movilidad de trabajadores de todo el país hacia Río Negro, muchos de los cuáles conforman ahora ese número de desempleados. Por otra parte, la consolidación del agronegocio generó —en términos de Harvey (2004)— un proceso de acumulación por desposesión: acumulación de los empresarios forestales y sojeros, por desposesión de los trabajadores rurales, pescadores, apicultores y agricultores familiares, que han sido despojados de los medios de producción y reproducción de su vida por vía del mercado (imposibilidad de acceder a la tierra) o por la vía de la degradación ambiental (por los efectos de los agrotóxicos utilizados en el agronegocio).

BIBLIOGRAFÍA

HARVEY, David (2004), «El «nuevo» imperialismo: acumulación por desposesión», en Socialist Register, CLACSO, Buenos Aires. Acceso: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/.

HERNÁNDEZ, Valeria (2009), «La ruralidad globalizada y el paradigma del agronegocio en las pampas gringas» en Gras & Hernández (coord.) La Argentina rural. De la agricultura familiar a los agronegocios, Biblos, Buenos Aires.

NUESTRA TIERRA (1970), «Río Negro» en colección Los departamentos Nº 6, Editorial Nuestra Tierra, Montevideo.

OYHANTÇABAL, G. & NARBONDO, I. (2009), Radiografía del agronegocio sojero. Descripción de los principales actores y de los impactos socio-económicos en Uruguay, REDESAT/Uruguay Sustentable, Montevideo.

PAOLINO, C., LANZILOTTA, B. Y PERERA, M. (2009), Tendencias productivas en Uruguay — Los sectores agroindustriales, turismo y minería, Proyecto SNAP, Montevideo.

Documentos

DIRECCIÓN FORESTAL, Estadísticas 2009. Acceso: www.mgap.gub.uy.

DIEA (2008), Tierras de uso agropecuario: ventas y arrendamientos. Período 200-2007, Serie de Trabajos Especiales, Montevideo.

IICA (2009), Evolución y situación de la cadena agroalimentaria sojera, Montevideo.

INE (2004), Censo 2004 — Fase I. Departamento de Río Negro. Síntesis de resultados. Montevideo. Acceso: www.ine.gub.uy.

VIDA SILVESTRE, (2010), Plaguicidas en la cuenca del Parque Nacional Esteros de Farrapos e Islas del Río Uruguay. Resumen Ejecutivo, Montevideo. Acceso: www.vidasilvestre.org.uy.

* Este texto resume algunas de las discusiones planteadas en la tesis de maestría «¿Que protegen las áreas protegidas? Conservación, producción, Estado y sociedad en la implementación del Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Uruguay» (UNGS-IDES, 2010) que contó con apoyo del Programa Regional de Becas del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) en el concurso de proyectos de investigación «Naturaleza, sociedad y territorio»(CLACSO-ASDI, 2008).

** Universidad de la República, Uruguay (santos.carlos@gmail.com).

1 RR es la denominación de esta semilla, precisamente por su resistencia al glifosato, o sea RoundUp-nombre comercial de este producto- Ready.

2 Existen importantes dificultades para analizar estos procesos de transformación rural: el último Censo General Agropecuario fue realizado en el año 2000 y precisamente ha sido en el período posterior al censo donde se han profundizado estas grandes transformaciones en el agro uruguayo. La información disponible es relativa a encuestas sectoriales realizadas por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, cuyos datos no pueden ser desagregados más allá de la escala departamental (que es precisamente la que usaremos aquí para reconstruir en líneas generales este proceso).

3 Información estadística de la Dirección Forestal del MGAP. Acceso: www.mgap.gub.uy

4 Datos de IICA, 2009 y Paolino, Lanzilotta & Perera, 2009.

5 El proyecto llevado adelante por Vida Silvestre contó con financiamiento de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) e involucró a equipos de investigadores de las Facultad de Química y Ciencias de la Universidad de la República y del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIA). Los análisis de las muestras fueron realizados en laboratorios de Alemania, en virtud de la dificultad de encontrar técnicas de medición ajustadas en laboratorios de la región.

6 El estado Alemán -país de origen de Bayer, empresa productora de Endosulfán- solicitó la inclusión de este insecticida dentro de los compuestos prohibidos internacionalmente, en el marco del Convenio de Estocolmo de Naciones Unidas. Esta propuesta aún se encuentra en evaluación por parte de los diferentes mecanismos previstos en el Convenio.

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