Mariam Mayet*

 

LA ESTRATEGIA DE BIOCOMBUSTIBLES EN SUDÁFRICA

El carbón es el combustible que satisface gran parte del consumo energético de Sudáfrica, además de depender de las importaciones para cubrir sus necesidades de combustibles líquidos. Alentados por el reciente impulso de los agrocombustibles en Europa, en 2006 un grupo de industriales ha creado la Asociación Sudafricana de Agrocombustibles (SABA) para conseguir que el gobierno del país subsidie proyectos para la producción de agrocombustibles a gran escala. Por consiguiente, y con indecente rapidez, el gobierno dió a conocer un informe de factibilidad y poco después un borrador de su Estrategia Industrial sobre Biocombustibles, que propone el establecimiento de unas metas obligatorias para la producción de bioetanol del 8% y de mezcla de biodiésel del 2% y que se obtendrían en gran parte del maíz, aunque también se cuenta con la caña de azúcar.

Según la Estrategia sobre Biocombustibles, la industria de agrocombustibles generaría 55.000 nuevos puestos de trabajo. Un punto esencial para lograr vender esta Estrategia es que se sustituiría la agricultura de subsistencia por los cultivos comerciales, creándose así una cadena de valor para los agrocombustibles que incrementaría los puestos de trabajo y, de tal modo, reduciría la brecha entre las economías primarias (desarrolladas) y las secundarias.

La Estrategia fue formulada sin ningún tipo de consulta pública y ha provocado las críticas inmediatas de la sociedad civil por esa omisión. En el único encuentro público que se realizó en la región de El Cabo oriental, las comunidades rurales fueron informadas de que había un proyecto en marcha para despejar 70.000 hectáreas de tierras comunales para destinarlas al monocultivo de canola,(1) que sería convertida en biocombustible para su exportación a la UE.(2) En una declaración pública, diversas comunidades y ONG acusaron a la Estrategia de centrarse en instrumentos económicos diseñados para facilitar la entrada de las grandes multinacionales y dejar librado al efecto goteo el supuesto beneficio para los pobres. También consideran que la Estrategia abre paso a una intervención que tendrá desastrosas consecuencias socioeconómicas y ambientales al favorecer la expansión de la agricultura industrial en nuevas regiones.(3)

Por tal razón, la Estrategia ha sido atacada con severidad por diversos sectores afectados, desde los ecologistas hasta los sindicatos, pasando por las organizaciones defensoras del derecho a la tierra y las comunidades rurales. La opinión de estos colectivos es que la Estrategia representa el sueño de la industria y las grandes empresas, en especial del sector de la agricultura comercial a gran escala, de producir agrocombustibles para fines industriales, pues sólo les interesan los mercados y las ganancias.(4) Los mismos grupos advierten que una industria de los agrocombustibles en Sudáfrica podría provocar en un desastre humanitario en el país y en toda el África austral si el precio del maíz aumentase significativamente debido a la muy probable competencia entre cultivos para la alimentación y cultivos para combustibles.

La industria del automóvil, que fue sobradamente consultada en el proceso preparatorio de la Estrategia, también está implicada al no estar dispuesta a hacer ningún esfuerzo para combatir el cambio climático, como reducir la propiedad y el uso de vehículos privados. El gobierno sudafricano también ha renunciado a su responsabilidad de desarrollar alternativas energéticas renovables para mitigar el cambio climático y el calentamiento global, argumentando que el desarrollo de la industria de los biocombustibles propuesto por la Estrategia permitirá a Sudáfrica alcanzar su meta del 75% del consumo energético proveniente de fuentes renovables para el año 2013.

Debido a todos esos cuestionamientos, el gobierno sudafricano se ha apresurado a retirar y modificar el anteproyecto de la Estrategia, cuya publicación estaba prevista para finales de octubre de 2007. En el momento de escribir este artículo, la Estrategia aun no ha sido publicada. Es más, está generando serios debates dentro del ámbito gubernamental debido a que la apuesta por los agrocombustibles ya ha provocado el aumento del precio del maíz, un alimento esencial para la población de Sudáfrica. Por otra parte, el gobierno y los industriales no logran ponerse de acuerdo respecto al tema de los incentivos. La SABA exige un paquete de incentivos durante un mínimo de quince años, mientras que el gobierno pretende reducir ese plazo a cinco años. El gobierno propone una devolución fiscal (levy rebate) parcial sobre los combustibles, para favorecer a los productores comerciales de biodiésel. No obstante, la SABA pretende el 100% de devolución fiscal. Este grupo de presión y también cuestiona la propuesta gubernamental de una mezcla obligatoria de un 8% de bioetanol y un 2% de biodiésel, exigiendo una mezcla del 10% y del 55% respectivamente.(5)

DISENTIMIENTO CON EL GOBIERNO SUDAFRICANO

A principios de agosto de 2007, el Gobernador del Banco de la Reserva, Tito Mboweni cuestionó la conveniencia de utilizar el maíz, un alimento básico en Sudáfrica, como base para la producción de etanol. Mboweni destacó la tendencia mundial a que se dispare el precio del maíz y afirmó que su uso para la producción de etanol sugiere «un proceso insuficientemente meditado».(6)

Las declaraciones de Mboweni han significado un duro golpe a los planes de Sudáfrica de utilizar el maíz como base de los agrocombustibles. Ante esto, tanto el director de la SABA, Andrew Makenete como el presidente de la Cámara de Negocios Agrícolas, John Parchase se apresuraron a desmentir a Mboweni, alegando que los agricultores podrían duplicar su producción de maíz sin sacrificar la superficie utilizada para la alimentación, utilizando una solución muy sencilla: cultivando tierras adicionales, sin afectar así a las que se usan para cultivar alimentos.(7)

LA ESCALADA DE LOS PRECIOS DEL MAÍZ

Desde el momento en que se pusieron de moda los agrocombustibles en Sudáfrica, diversos informes han confirmado un incremento en el precio del maíz. Según un informe titulado «La producción de biocombustibles y sus riesgos para la seguridad alimentaria de Sudáfrica» elaborado por el Programa Regional sobre Hambre y Vulnerabilidad (RHVP), una organización no gubernamental centrada en los problemas de seguridad alimentaria, la promoción de ciertas alternativas a los combustibles fósiles tendrá como resultado «una lucha sumamente desigual entre los pobres, que pretenden defender aquello que asegura su subsistencia, y los ricos, que intentan quemarlo para hacer funcionar sus automóviles».(8)

Un reciente informe del Consejo Nacional de Comercio Agrícola confirmaba que pese a que la inflación de los precios de los alimentos había descendido del 9,45% al 7,88% durante el año 2006, el precio de alimentos básicos como el maíz y el azúcar se había incrementado un 28% y un 12,6%, respectivamente. El informe del RHVP afirma que ese aumento es el resultado de «un mayor coste (energético) para producir dichos alimentos y que, además, los excedentes agrícolas que habían provocado el descenso del precio de los cereales fueron retirados del mercado para ser utilizados en la elaboración de biocombustibles.»

LA PROLIFERACIÓN DE PROYECTOS DE AGROCOMBUSTIBLES

Antes del probable boom de los agrocombustibles, ya han comenzado a trascender rumores sobre proyectos de agrocombustibles por todo el país. Veamos algunos de ellos:

• Negociaciones confidenciales para desarrollar a gran escala plantaciones de soja, maíz y canola en tierras de propiedad municipal y en tierras comunales y tribales tradicionales en los antiguos homelands,9 en la región de El Cabo oriental.(10)

• Planes por parte de la Corporación para el Desarrollo Industrial (IDC) para invertir 3.200 millones de rands (325 M€) en proyectos de biocombustibles en Cradock, Hoedspruit, Pondoland; Ogies y Makhathini,11 todos ellos basados en tierras actualmente destinadas a cultivos para la alimentación y para los que se solicita una devolución fiscal (tax rebate) del 100% en relación al precio del petróleo (por debajo de 50 dólares el barril). Según la IDC, ciertos proyectos de biocombustibles a partir de la remolacha azucarera en Cradock y de la caña de azúcar en Hoedsprui están ya »en un avanzado nivel de investigación».

• El Kruger Times informaba, en marzo de 2007, que el gobierno provincial del Noroeste había dispuesto diez millones de rands para un proyecto piloto de agrocombustibles que implicaría plantar árboles de jatrofa en 60.000 hectáreas de tierras comunales.(12) También daba cuenta que en 2004 una empresa anónima había propuesto al Ministerio de Asuntos Hídricos y Selvicultura plantar 15.000 hectáreas de jatrofa en la cuenca del río Olifants, en la provincia de Limpopo, supuestamente con el visto bueno del Ministerio de Comercio e Industria y financiado mediante una compensación por un acuerdo de venta de armas.(13)

• El Consejo para la Investigación Científica e Industrial (CSIR) de Pietermaritzburg forma parte de un equipo creado por la Comisión de Investigaciones Hídricas para llevar a cabo un estudio sobre los posibles impactos hidrológicos asociados a las plantaciones de jatrofa a gran escala. Serán estudiados varios sitios en KwaZulu-Natal, utilizando modelización del balance hídrico y mediciones de la evapotranspiración.(14)

CONCLUSIÓN

Sin duda, en Sudáfrica continuará la incertidumbre hasta que el gobierno haga pública su Estrategia sobre Biocombustibles. Queda por verse hasta qué punto el gobierno cederá ante los enormes intereses creados que están en juego en Sudáfrica o si será capaz de hacer lo correcto y abandonar completamente el proyecto de agrocombustibles, apostando en cambio por estrategias energéticas más sostenibles que beneficien a toda la población y a las generaciones venideras. 12 Biofuels: Friend of Foe? Kruger Times. http://www.krugertimes .com/econews/biofuels.htm 13 Biofuels: Friend of Foe? Kruger Times. http://www.krugertimes .com/econews/biofuels.htm 14 Jatropha in SA. CSIR Life Sciences ScienceScope April 2007.

* African Centre for Biosafety (www.biosafetyafrica.net), mariammayet@mweb.co.za.

1 El aceite de canola es el nombre comercial de un tipo de aceite de colza canadiense, en el cual la composición de los ácidos grasos ha sido modificada haciendo uso de las técnicas de selección de cultivo tradicionales. Es un producto claramente diferente de la semilla de colza y del aceite de colza. Es ampliamente utilizado en Estados Unidos y Canada, pero no en Europa. (N d T).

2 http://www.capetimes.co.za/index.php?fArticleId=3696355 – R1bn bio – fuels project seen as threat to health, environment. February 23, 2007.

3 Rural communities express dismay: «land grabs» fuelled by biofuel strategy. March 2007 www.biosafetyafrica.net.

4 Submission on the Draft Biofuels Industrial Strategy by Earthlife Africa eThekwini branch, African Centre for Biosafety, GRAIN, et al. March 2007. http://www.biosafetyafrica.net/portal/images/ACB/ jointsubmissionbiofuelsstrategymarch28.pdf

5 Marcus Reickardt. Biofuels or food production: South Africa’s dilemma. August 8, 2007. http://www.climatechange corp.com/content.a sp?ContentID=4892&ContTypeID=5

6 Africa News. Central bank chief cast doubt over maize for ethanol. August 6, 2007. http://.www. Namibian.com.na/2007/August/Africa/ 07ABB54031.html

7 Stephen Hofstatter. SA Biofuels Industry: Food vs Fuel. Financial Mail. October 5, 2007. http://www.free.financialmail.co.za/07/1005/ fox/afox/htm

8 South Africa: biofuels making staple food more expensive. 29/5/07. http://www.alertnet.org/thenews/newsdesk/IRIN/84a8b94ff73167a11 376f0476e479ded.htm.

9 El término homelands (o bantustanes) hace referencia a los antiguos enclaves de población exclusivamente negra y con cierto grado de autogobierno que existían en la Sudáfrica del apartheid. Por ejemplo, en la región de El Cabo oriental, el Equipo Provincial de Expertos en Biocombustibles y la Corporación para el Desarrollo de El Cabo Oriental han revelado planes para plantar canola en 500.000 ha de las mejores tierras comunales de secano de los antiguos bantustanes, para su posterior conversión en biocombustible en una planta de la zona de desarrollo industrial de East London. Se invertirían 1.500 millones de rands (unos 150 millones de euros)para cercar y acondicionar esos terrenos para el monocultivo. Además, mientras las comunidades locales se verían obligadas a sacrificar sus actuales huertos de alimentos y sus campos de pastoreo, empresas multinacionales como Monsanto se beneficiarían de los subsidios gubernamentales concedidos a través del Programa Masivo de Producción de Alimentos, proporcionando semillas, agroquímicos y hasta maquinaria a los gricultores. El informe sobre el estado de la provincia correspondiente a 2007 confirma que una superfície inicial de 70.000 ha de tierras de regadío en el valle de Umzimvubo serán destinadas al monocultivo de canola a partir de la próxima estación de siembra.

10 Las comunidades rurales expresan su consternación: «expropiaciones de tierras» promovidas mediante la estrategia sobre biocombustibles. Marzo de 2007 www.biosafetyafrica.net.

11 IDC to pour R3.2bn into new biofuels projects Business Report. Independent Newspapers. March 28, 2007 http://www.busrep.co.za/index.php?fSectionId=566&fArticleId=375 2734

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